El policía nacional recurrirá su traslado a Ibiza ante los tribunales e Interior

No se da por vencido, así que Hugo F. S. va a librar hasta la última batalla posible para no dejar a su madre, aquejada por graves patologías mentales, desamparada. Este agente va a impugnar la resolución adoptada por la división de Personal de la Dirección General de la Policía -dependiente del Ministerio del Interior- que le denegaba prorrogar su estancia en Gijón para cuidar de su progenitora. El joven, de 35 años, está obligado a cesar hoy en el puesto que ocupaba en la comisaría de El Natahoyo y tiene ocho días para incorporarse a su plaza, en Ibiza.

Las comisiones de servicio -autorización para desempeñar su trabajo temporalmente fuera de su puesto habitual- no tienen un plazo determinado, sino que se van renovando. En el último de estos trámites, Personal decidió negarle la continuidad. Hugo cuenta con el respaldo del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que ha designado a un abogado, Santiago León, para que le represente en el proceso. El letrado impugnará la resolución en los próximos días y el organismo tiene hasta tres meses para darle una respuesta. De forma paralela, León iniciará otros trámites administrativos y, en caso de no conseguir la permanencia del policía en Gijón, acudirá a la vía contencioso-administrativa. «Entendemos que es un caso, no solo susceptible de protección jurídica, sino también humana», apuntó ayer el abogado.

Defensora del Pueblo

Otra de las alternativas que baraja el representante legal de Hugo es acudir a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, para exponerle la dramática situación del agente gijonés y registrar una queja. La prioridad es agilizar los trámites para conseguir que Hugo no tenga que regresar a Ibiza. Es el tutor legal de su madre -Ana María, de 68 años- desde 2014, cuando el Juzgado de Primera Instancia número 9 de Gijón declaró su incapacidad absoluta. La mujer padece «un trastorno depresivo mayor recurrente con síntomas psicóticos» y otro de «angustia comórbida y deterioro cognitivo leve», como refleja el informe médico firmado por un prestigioso psiquiatra.

Un diagnóstico que coincide con el efectuado por el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Dado su delicado estado, los profesionales sanitarios que atienden a Ana María desaconsejan su traslado a una residencia o a otro municipio. Así las cosas, la única salida que encuentra Hugo es la de quedarse en Gijón para cuidarla. Esta situación le ha generado un acusado estado de ansiedad, por lo que ha recibido la baja laboral. Ahora va a solicitar poder pasar el período de convalecencia aquí, aunque desconoce si tendrá que firmar el alta en la isla balear o en Asturias.

El policía nacional muestra su gran preocupación por esta incertidumbre. Cuando llevaba tres años en Ibiza, tuvo que pedir una comisión de servicio para regresar a Gijón para hacerse cargo de su madre después de comprobar el deteriorado estado en el que se encontraba. «Me llamaban los vecinos y gente que me conocía para decirme que la veían muy mal», afirma.

Mejoría notable

Después de rechazar la petición en cuatro ocasiones, Personal accedió a su traslado hace dos años. Con Hugo en casa, Ana María mejoró de modo significativo. Comenzó a tomar la abundante y potente medicación prescrita por su psiquiatra y a salir a la calle de manera controlada. Desde el Sindicato Unificado de Policía, piden que estas situaciones «se regulen lo más extensamente posible», tanto en la concesión como en la retirada.

Porque «generan mucha inseguridad, malestar e insatisfacción». En este sentido, el SUP critica que se trata de una medida discrecional, puesto que no existe una normativa concreta al respecto. Las circunstancias en las que se encuentra el agente no son únicas en Asturias. Según el sindicato, hay otros agentes con comisiones de servicio por causas excepcionales, como las de Hugo, pero la división de Personal no les ha denegado la prórroga de su estancia en el Principado.