Granda pescó sus sardinas a tiempo
Un pescador de la parroquia consiguió reservar los cien kilos degustados en la cena pese a la competencia severa de Candás
ÓSCAR PANDIELLO
Sábado, 30 de julio 2016, 01:07
Misión cumplida. Pese a lo difícil que resulta competir con Candás en unas fechas como éstas, con su clásico festival asomando en el horizonte, Granda llegó a tiempo. Cien kilos de sardinas surtieron ayer, durante la cuarta jornada de fiestas patronales en honor a Santa Ana, los estómagos de más comensales de los que en un principio se esperaba, teniendo que recurrir a sillas y mesas supletorias para acoger a todos.
«En estas fechas los barcos ni van a la rula, tiran directamente para Candás y allí se lo quitan todo de las manos, sobre todo teniendo en cuenta la escasez que hay», subrayó Félix Gómez, de la asociación vecinal. Afortunadamente, las gestiones de un vecino pescador permitieron que Granda repitiese sardinada por segundo año consecutivo, «aunque manteniéndonos en vilo hasta última hora».
La cena, que estuvo acompañada por tortos con picadillo y abundante sidra, dio paso a la primera verbena de las fiestas, a cargo del DJ Vas Bailar y congregó en la carbayera a familias y jóvenes. A lo largo del prau, los postes y árboles lucieron carteles que anunciaban: «Se ruega no traer bebida de fuera. El año que viene queremos volver a hacer la fiesta». La práctica, sin embargo, no se acusa demasiado en Granda. «Nosotros, de momento, tampoco estamos teniendo mucho botellón, ya que no tenemos ni comerciantes ni coches de choque, somos algo más tradicionales», explicó un representante vecinal. El problema, a ojos de los organizadores, reside en el momento en el que «ese padre o ese abuelo se sientan excluidos por la intrusión masiva del botellón. Es un tema de convivencia».
Hinchables y carreras de sacos
En Montevil siguen disfrutando de su romería. Ayer, decenas de niños disfrutaron de las actividades instaladas en el prau. Los hinchables fueron una de sus elecciones favoritas, aunque también hubo tiempo para la carrera de sacos y los juegos con aros. Con el paso de las horas la música tomó el barrio para ir preparando la noche. Los vecinos participaron en el karaoke desde la hora de cenar, entonando clásicos de todo tipo para el disfrute general. Los profesionales, sin embargo, llegarían unas horas después. Assia puso la puntilla enloqueciendo como todos los años al concurrido prau.
En las fiestas de la Virgen de la 'O' de Trubia apostaron por la buena comida y las tradiciones autóctonas con sus segundas jornadas del pulpo y una competición de dexabolu, la modalidad de bolos nacida en Cenero. Las eliminatorias seguirán su curso hasta la final de mañana. El día cerró con verbena. En esta ocasión, Discoastur fue la encargada de poner el broche de oro al primero de los tres días grandes. Queda fiesta por delante.