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Isaac García persigue con una barca a la oca con el ala rota por el Piles.
Rescate de una oca herida en el Piles

Rescate de una oca herida en el Piles

El ejemplar doméstico con un ala rota, del que se sospecha que pudo ser abandonado, fue capturado tras una persecución en barca

M. MORO

Viernes, 27 de enero 2017, 01:29

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El cuidador de la aves del parque de Isabel la Católica, José Luis García, y su hijo Isaac salvaron ayer de una muerte segura a un ejemplar de oca doméstica herida que llevaba desde el pasado domingo cauce arriba y cauce abajo por el río Piles. Se sospecha que la anátida, con un ala rota, fue abandonada en la zona por su propietario.

Los bomberos intentaron sin éxito atrapar al animal con una especie de escalera. El ejemplar, pese a estar mermado físicamente, se les escabulló pues no está alicortado.

Como la cosa no pintaba nada bien para la oca, el responsable de las pajareras de Isabel la Católica no se lo pensó dos veces. Cogió la lancha de pequeño calado a remo que utiliza para navegar por los estanques del parque y bajó al Piles, a la altura de la cafetería Espicha, para acudir en auxilio del alado en apuros. Le acompañó en el pequeño bote fluvial su hijo Isaac, que le ayuda en las labores de conservación de la fauna del núcleo zoológico gijonés.

La persecución en lancha empezó pasadas las 12.30 horas del mediodía y acabó quince minutos después. El animal se refugió en un voladizo del Piles en las inmediaciones de El Molinón y allí fue capturado por Isaac, que tuvo que meterse en el agua, con la ayuda de un truel.

Vendaje y veterinario

Una vez fuera del río, y ya en el centro de intendencia del cuidador de aves del parque, se le aplicó un vendaje en el ala dañada. Hoy será atendido por un veterinario. García es pesimista sobre la recuperación del ave y considera que va a ser muy difícil que vuelva a volar pues tiene el ala quebrada a la altura del hombro.

Si nadie se hace cargo de la anátida, ésta será anillada y formará parte de la colección municipal de Isabel la Católica. García vaticina que en ese caso acabará perfectamente integrada en alguna de las pandillas de ocas que pueblan los estanques gijoneses.

La operación de rescate trajo a la memoria una escena similar vivida por el mismo protagonista en noviembre de 2014. En aquella ocasión el cuidador hizo todo lo humanamente posible para sacar un ejemplar de cisne negro del Piles que era hostigado por las nutrias. Se montó en la misma barca y trató de atraer al animal a una zona segura con una red. Todo aquel esfuerzo, a diferencia de lo que ha sucedido ahora, fue completamente en vano. El asustado animal acabó muerto a mordiscos por uno de los mustélidos que le querían dar caza.

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