«Gijón es una ciudad bella y barata»

El temporal ha precipitado la llegada del primer crucero del año a El Musel. Se trata del 'Balmoral', barco de la naviera británica Fred Olsen con bandera de Nassau (Bahamas). Ha estado en el puerto local poco más de 24 horas. Procedía del puerto británico de Southampton cuando la tormenta le sorprendió el lunes en alta mar y, desde Finisterre, fue desviado a Gijón para ponerse a refugio. Tras esta escala inesperada en la ciudad, que los cruceristas han recibido con satisfacción y supieron aprovechar, el buque reemprendió ayer por la noche su itinerario previsto hacia la isla de Funchal (Madeira). Desde allí continuarán rumbo al Caribe y Centroamérica, donde esperan encontrar temperaturas más cálidas y la celebración del Carnaval. El viaje tiene una duración de 46 días y sus 1.093 pasajeros y 529 tripulantes ya se han enfrentado a tres tormentas desde que partieron, según comentaron. No obstante, esta escala por mal tiempo no pareció haberles incomodado, pese a la edad que tenían los grupos que se acercaron hasta el centro urbano.

La llegada del crucero movilizó los recursos de atención a los visitantes. Dos informadores turísticos se trasladaron al barco para dar respuesta a sus peticiones de información. Incluso los operadores fletaron autobuses para llevarles a conocer otros puntos del Principado. Los que optaron por quedarse en Gijón se desplazaron hasta Fomento a bordo de cinco autobuses lanzadera que desde las nueve de la mañana hasta por la tarde, de forma ininterrumpida, se ocuparon de trasladar al pasaje desde El Musel al Puerto Deportivo y viceversa.

Cimavilla, Poniente, Plaza Mayor, la iglesia de San Pedro y la bahía de San Lorenzo fueron los lugares más visitados por los cruceristas. Algunos también aprovecharon para ir a comprar algún 'souvenir' de recuerdo y catar las tapas. Fue el caso del matrimonio Tawlor, él capitán retirado de Liverpool y con problemas de movilidad y ella, con muletas. Ambos se bajaron del autobús en compañía una amiga, Miss Cock, para «comer mi tapa favorita, los callos. Gijón es preciosa y vamos a disfrutarla», explicó la señora Tawlor mientras avanzaba camino a la calle Corrida. Ya conocía Málaga, Córdoba y Salamanca. «Fuimos en moto y en autocaravana, pero ahora viajamos en crucero porque caminamos muy mal», anotó.

«Probaremos el café»

Emanuela, de Bélgica, buscaba un café porque a pesar del sol tenía frío y le preguntó al británico John Bishop, que volvía de regreso al barco. Bishop y su esposa, Anita Aldridge, son británicos y quisieron hacerse una foto con el profesor de baile del crucero, Dereck Matlock. A la una de la tarde el matrimonio había comprado una bolsa de pasteles porque «están buenísimos, como el vino». «Gijón es una ciudad bella y muy barata», apostillaron. Los británicos Alan y Fern Cottis, de Lyme Regis, hacían fotos al cartel de las Termas junto a la iglesia de San Pedro. «No somos de ir de tiendas pero probaremos el café», dijeron. El matrimonio de Portland Dorset, Dave e Ina Hicks, agradeció pisar tierra firme tras la tormenta y disfrutó de la bahía local en una versión, ayer, muy british.