Adif pide el permiso ambiental para la obra que prolongará el metrotrén hasta Cabueñes

Los trabajos para abrir el túnel del metrotrén que hace 14 años fue ejecutado bajo la ciudad y prolongarlo hasta Cabueñes siguen avanzando, por ahora en los despachos. El viernes pasado, el Ministerio para la Transición Ecológica recibió el nuevo proyecto que madura la empresa pública Adif para dar continuidad al tubo que concluye bajo la glorieta que cruza la avenida de Albert Einstein. Es la segunda vez que se le pide que lo examine y le de su permiso. En 2006, el entonces Ministerio de Fomento planteó alargar la traza ferroviaria hasta Cabueñes utilizando una tuneladora; los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente analizaron la cuestión y concluyeron un año después que aquel propósito no necesitaba una declaración de impacto ambiental.

En febrero de 2019, Adif llamó a los autores de ese diseño y les pidió que lo actualizaran a la luz de los últimos cambios normativos y la evolución de la técnica de obras. El trabajo concluyó que «el procedimiento constructivo más idóneo es la ejecución del túnel entre pantallas, dado que esta solución conlleva numerosas ventajas tanto de índole funcional (reduciendo la profundidad de las estaciones), como económicas (rebajando el coste de la obra en el entorno de un 20%)».

Así lo reconoció un informe de Adif de febrero en el que se subrayaba que además trabajar en superficie minimiza «los problemas asociados a la incertidumbre que conlleva la ejecución de las obras, teniendo en cuenta que la realización de túneles con tuneladora en los suelos mixtos de Gijón (donde se alternan estratos blandos con estratos a veces muy resistentes) puede llegar a plantear complejos problemas técnicos, con el consiguiente riesgo de encarecimiento» y ampliación de plazos de obra.

Por ese motivo, en febrero la empresa pública amplió en doce meses y 155.250 euros el encargo que le había hecho a la consultora que actualizaba el proyecto. Era el tiempo y el dinero que estima le costará que además estudie los impactos que esta nueva solución generará en su entorno y obtener la declaración de impacto ambiental.

El proceso arranca ahora con la entrega de esa documentación a Transición para la Ecología, para que revise los estudios y conceda su autorización. La documentación apunta a que alargar la traza ferroviaria con pantallas «no genera impactos significativamente mayores en cuanto a ocupación de superficies, movimiento de tierras o necesidad de vertederos», si bien trabajar a cielo abierto exige un mayor volumen de tierras para relleno.