La alcaldesa impide con su voto de calidad el rechazo del Pleno a la transformación del Muro

Cuatro grandes fotografías de gente paseando por el 'Cascayu' del Muro y circulando por el carril bici presidían el asiento del concejal de Movilidad, Aurelio Martín, durante el debate en el Pleno de una iniciativa de la oposición para pedir la reversión de las obras ejecutadas el último mes. «Quiero agradecerles la publicidad que le han dado con sus críticas. Hace una semana no preveíamos un éxito de utilización tan importante», espetó a los tres grupos (Ciudadanos, Foro y PP) que aspiraban con una propuesta conjunta a lograr el rechazo del Pleno a esta actuación. No lo consiguieron. Pues aunque a los votos de sus diez concejales sumaron los dos de Vox -que criticó haber sido «excluido» de la iniciativa-, no fue suficiente para superar los doce de los dos partidos de gobierno, PSOE e IU.

Podemos-Equo optó por la abstención, pues aun compartiendo la «filosofía» y el objetivo de pacificar el tráfico en la ciudad, no comparte «cómo se están haciendo las cosas, sin participación. Así no, señor Martín. Reflexionen cómo han sido capaces de unir en torno a esta crispación a quienes piden usar el coche y a quienes están a favor de la peatonalización». Con esta postura de la formación morada, el resultado fue un empate a doce en las dos votaciones que, como marca el reglamento en caso de igualdad, hubo que realizar. Finalmente decidió el voto de calidad de la alcaldesa, contrario a la iniciativa de la oposición.

Durante el debate de este punto, el concejal de Obras Públicas, Olmo Ron, insistió en el carácter reversible de las actuaciones ejecutadas en el Muro. «No hay ninguna obra que impida reabrir la circulación desde la avenida de Castilla hacia Capua. El mobiliario y la señalización, nada más». Puso además su coste como muestra de que la intervención es «temporal, como hemos dicho hasta la saciedad». Para ello, comparó los «172 euros por metro cuadrado» que costó recientemente la semipeatonalización de la calle Santa Elena con los «17 euros por metro cuadrado» que han costado los trabajos del Muro y del «corredor peatonal» en las calles Ruiz Gómez y Caridad. Negó también que el 'Cascayu' apenas tenga peatones, como defiende la oposición e invitó al resto de ediles «a ir esta tarde conmigo, todos juntinos de la mano,a dar un paseo y ver si se usa o no».

Aurelio Martín, por su parte, anunció que el 1 de octubre se celebrará la anunciada reunión del consejo social para hablar sobre el futuro del Muro y en la que el equipo de gobierno llevará como propuesta «crear una comisión de trabajo para abordar este debate» en la que además del propio órgano consultivo estén representados «colectivos y organizaciones como el Colegio de Arquitectos y el Foro de la movilidad». La comisión estaría presidida «por una entidad o personas independiente».

Los proponentes de la iniciaiva para revertir la obra reiteraron sus críticas al proyecto, que no ven ni funcional, ni necesario, ni estético. «Podrían haber contratado a algún artista local para hacer algo bonito de lo que no nos sintamos avergonzados», apuntó Jesús Martínez Salvador, de Foro. Rubén Pérez, de Ciudadanos, lo calificó de «obra chapucera» y aseguró que «guste o no, lo que sí piensan la mayoría de los gijoneses es que no era necesaria». Y Alberto López-Asenjo, del PP consideró necesario «que impere la sensatez» y añadió que «en estos momentos no podemos estar gastando casi 300.000 euros en algo sin informes».

Tampoco salió adelante la propuesta de Foro para suspender la licitación de las obras para peatonalizar la avenida del Molinón. El concejal Pelayo Barcia anunció que ha denunciado ante la Fiscalía las «irregularidades» de esta contratación. Denuncia un fraccionamiento de contrato y un posible caso de «prevaricación administrativa y malversación de fondos». Anunció, además, que «cuando gobernemos, lo primero que haremos será entrar ahí con la excavadora». A lo que la alcaldesa replicó: «Propóngalo en su programa y gane las elecciones».