Alumnos y docentes estrenan el grado de Datos «con ganas de trabajar»

En todo estreno, los nervios son inevitables. En el caso del grado de Ciencia e Ingeniería de Datos, que por primera vez se imparte en la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) de Gijón, la «ilusión» y las «ganas de trabajar» son compartidas a partes iguales por los sesenta alumnos -con notas de acceso a la Universidad por encima del 11- y los dieciséis profesores que se encargarán de impartir materias en este primer curso. Esta tarde tendrán ocasión de conocerse en el acto de bienvenida que les ha preparado el centro, aunque varios de los alumnos inscritos ya se han organizado en un grupo de Whatsapp en el que estos días fluye la información.

«Es emocionante porque de este grado se lleva hablando mucho tiempo. De hecho, la primera conversación que yo escuché al respecto fue como alumno de la EPI», cuenta Nahuel Costa, profesor del Departamento de Informática que impartirá la asignatura de Algoritmia y que, con 24 años, es el docente más joven. «Sí, lo sé, es posible que me confundan con un alumno más. Ya me pasó el curso pasado», bromea.

Ayer, reunidos por EL COMERCIO, la mayoría de los profesores de Ciencia e Ingeniería de Datos coincidían en que el carácter semipresencial de los estudios -los primeros de la Universidad de Oviedo en este formato- supone más trabajo y también «un reto» para ellos a la hora de preparar las clases. Porque la formación 'online' no consistirá en colocarse delante de una cámara y explicar. No. Tendrán que grabar vídeos que se colgarán en el campus virtual de la Universidad y que los alumnos podrán ver cuando quieran. En ellos «se explica la materia de forma más resumida», cuenta el profesor de Cálculo Fernando Fueyo.

En sus casas, en un aula que se ha preparado específicamente en la EPI para este fin o con la ayuda del servicio de audiovisuales de la Universidad de Oviedo, los profesores ya están grabando y editando contenidos. Previamente, recibieron formación por parte de la propia Universidad. Es necesario «para manejar otro tipo de herramientas» no habituales en la docencia presencial, concede María Teresa González, del Departamento de informática, que en el segundo semestre impartirá la asignatura de Bases de Datos.

«Se pretende seguir unos patrones comunes, para que todos los profesores lo hagamos más o menos de la misma manera», explica María Isabel Alonso, que ha adaptado «un poco» los contenidos de la asignatura de Empresa -obligatoria en el primer curso de todas las ingenierías- al grado de Datos.

Juan Jesús Salamanca, del Departamento de Estadística y que impartirá la asignatura de Probabilidad en el segundo semestre, ha planificado sus clases con la pretensión de que la suya sea una materia que resulte «apasionante» para los alumnos.

Alumnos como Pablo Álvarez Arnedo, al que un 13,7 en la EBAU le concedió el primer puesto en la matrícula del nuevo grado. Este ovetense, exalumno del San Ignacio, aún no tiene claro si la semipresencialidad será un plus o una dificultad añadida porque «tras el confinamiento vi que aprendo más en clase que siguiendo las clases desde casa». Precisamente la semipresencialidad y el programa de prácticas en empresas para los alumnos desde el primer curso es lo que llamó la atención al tinetense José Aurelio Llanos: «Se están innovando muchas cosas con este grado y eso está bien, me resulta interesante». Así que anuló la matrícula en Salamanca, donde iba a estudiar Estadística, y optó por quedarse en Asturias.

Como a ambos, a las ovetenses Aitana Fernández y Lucía Fernández les atrajo «el amplio abanico de salidas profesionales» del grado de Datos. Lucía, que compaginará los estudios con los entrenamientos de fútbol, quiere enfocarse al mundo de la banca y las finanzas. Aitana parece tener claro que, tras el grado, continuará los estudios con un máster sobre inteligencia artificial y trabajará, al menos una temporada, fuera de España.