Los animales heridos recogidos en Gijón «se apilan» en un remolque
Usipa denuncia que «no se les presta ningún tipo de atención veterinaria hasta que un señor los viene a recoger y se los lleva a no sabemos dónde»
Lugar: el parque de bomberos de Gijón en Roces. A menos de cien metros, los camiones bomba de estos profesionales dispuestos a intervenir cuando sean requeridos. A casi idéntica distancia, las dependencias de la Empresa Municipal de Limpiezas (Emulsa). Muy pocos o casi nadie esperarían encontrarse dentro de ese tradicional e histórico recinto municipal, a la vista de cualquier curioso, un peculiar remolque habilitado para la recogida de animales heridos que, por los motivos que sean, hayan sido recogidos o auxiliados en la calle. La cuestión no es baladí. ¿A quién y a dónde se puede llevar un animal herido que vague por las calles o parques? La respuesta está, por curioso que pueda parecer, en el parque de bomberos, donde a los animales les espera un remolque al aire libre, semicubierto por una lona amarilla, y unos transportines de pequeño tamaño como futuro hogar e improvisado apartamento a salvo de los gatos y, quien sabe, con pensión completa.
Las damnificadas suelen ser palomas y gaviotas, pero tan peculiar instalación en el parque de bomberos originó las quejas de algunos trabajadores, lo que motivó una inspección visual de representantes del sindicato Usipa, que consideran «inexplicable» que el personal de incendios tenga que hacerse cargo de este «servicio» y se pregunta «de quién habrá sido la ocurrencia de que el parque de bomberos funcione como un centro de acogida de animales heridos». En su denuncia pública, el sindicato asegura que a los animales «no se les presta ningún tipo de atención veterinaria, ni son manipulados por personal cualificado». Llegan, en la mayoría de los casos, «en unas condiciones higiénico-sanitarias deplorables, con piojos, pulgas, garrapatas, etcétera, y permanecen en el interior del remolque, expuestos a las inclemencias meteorológicas, hasta que un señor llamado Xuan (sic) los viene a recoger para llevárselos a no sabemos dónde, sin seguir ningún protocolo ni procedimiento. En suma, se entregan a un particular y no queda nada reflejado, ni el número, ni el estado, ni el destino».
Vulnera la ley
Usipa considera que estos hechos suponen «una grave vulneración de la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales», y resalta que la Concejalía de Participación Ciudadana, Mercados, Consumo y Salud Animal, a su requerimiento, «se ha desentendido del problema indicándonos que no es de su competencia, algo que no se corresponde con la resolución de 10 de febrero de 2023, donde se detalla como competencia de la misma 'la protección de la salud/sanidad animal. Así como los asuntos relacionados con animales de compañía».
El sindicato exige que, de inmediato, se apliquen medidas para ajustarse a la legalidad vigente ya que, en caso contrario, se verá obligado a aplicar las «acciones sindicales oportunas».
La Concejalía de Salud Animal depende, en la actualidad, de la edil María Caunedo, aunque la casi totalidad del mandato fue responsabilidad de la socialista Carmen Saras, que la asumió hace cuatro años con el objetivo prioritario de aprobar un reglamento municipal de atención a los animales que, hasta la fecha, no ha visto la luz.
