Ayuda para la guerra de Cuba

Se había decidido el 17 de marzo, en las Casas Consistoriales de Gijón y bajo la presidencia del obispo de la diócesis: se iniciaría una suscripción local para formar «el batallón de voluntarios asturianos que ha de luchar en Cuba por la integridad de la patria». Una semana más tarde se constituía la Junta Gijonesa del Principado para la Defensa de Cuba y EL COMERCIO lo sacó en portada: lo hacía «a fin de continuar los trabajos de propaganda y recaudación» de la iniciativa, que en apenas siete días había recaudado ya más de 80.000 pesetas.

Con ello «no vamos a levantar templos donde las almas encuentren asilo en sus anhelos religiosos» (¿quizás una alusión al nuevo templo de San José, recientemente levantado en El Humedal?), «no tratamos de construir casas de caridad donde los necesitados busquen refugio en sus desgracias; no intentamos fundar centros de enseñanza para cultivar las diversas aptitudes del espíritu; no pretendemos erigir monumentos que perpetúen la memoria de hombres ilustres; no vamos tampoco a remediar agudos males de pueblo o región castigados por calamidades terribles». No. Por lo que estaba la Junta, dijimos, era por «la patria».

«La patria, que todo lo abarca, donde radican nuestros hogares, donde se levantan nuestros templos, donde veneramos las cenizas de los antepasados que duermen hoy en tierra honrada; tierra noble y generosa a que pretendieron mancillar las cámaras de un pueblo americano, olvidando, ¡ingratos!, que a España deben, después de Dios, cuanto son y cuanta grandeza pueden alcanzar».

Presidida por Florencio Rodríguez, en la Junta se daban cita, entre otros, los directores de los distintos periódicos de Gijón; directores de ateneos, institutos, círculos obreros y de la Fábrica de Tabacos, y no pocos prohombres del Gijón de 'fin de siècle'. Eduardo Marina, Anselmo Cienfuegos, Calixto de Rato, Acisclo Fernández Vallín, José Valdés, Eusebio Miranda, Esteban Sanz Crespo, Eladio Carreño, Serafín Ballesteros... Más de cien años después muchos siguen resonando en nuestro callejero.

Hicieron patria.