El Ayuntamiento cierra la mitad de la playa de San Lorenzo por alivios de saneamiento al Piles
La medida se decretó tras dos muestreos con mala calidad del agua entre las escaleras 12 y 15. El corte se prolongará al menos hasta el mediodía de este viernes
El Ayuntamiento decretó ayer la prohibición del baño entre las escaleras 12 y 15 de la playa de San Lorenzo por el empeoramiento de la calidad de las aguas en el tramo más próximo a la desembocadura del Piles. El cierre parcial es una medida que se aplica de forma habitual en los últimos años en periodos de intensas lluvias y viene contemplado en el protocolo de actuación frente a eventos contaminantes en el litoral.
Las restricciones al baño en San Lorenzo se decidieron ayer tras dos muestreos realizados por el servicio de Medio Ambiente en los que se obtuvo un resultado negativo por presencia de bacterias fecales. El último análisis con trazas de contaminación de aguas residuales se obtuvo en la misma mañana de ayer. El Ayuntamiento atribuye como principal causa de la llegada de esta contaminación a la playa los alivios de la red de saneamiento en el curso bajo del Piles por desborde de los colectores de la zona debido a la intensidad de las precipitaciones de los últimos días. Según datos de la Aemet, tomando como referencia la estación del campus, el pasado domingo en 24 horas se recogieron 19,2 litros de lluvia por metro cuadrado y al día siguiente 9.8.
La normativa sobre calidad de aguas de baño califica como 'no apta' para ese fin cualquier zona donde la presencia de bacterias Escherichia Coli, de origen fecal, supere las 500 unidades formadoras de colonias (las que tienen capacidad para multiplicarse) por cada cien mililitros de agua.
En la tarde-noche de ayer el equipo de gobierno emitió un comunicado en el que asegura que continúa monitorizando la situación en la playa de San Lorenzo, a la espera del próximo análisis sobre la calidad de las aguas. A falta de que se constituya un Observatorio de la Playa, similar al que funcionó en la anterior etapa de Moriyón al frente del Ayuntamiento, ayer tuvo lugar una reunión a la que asistieron la alcaldesa, Carmen Moriyón; el concejal de Medio Ambiente, Rodrigo Pintueles (PP); el concejal y portavoz del equipo de gobierno, Jesús Martínez Salvador (Foro); el gerente de la EMA, Pedro Menéndez y el jefe del servicio de Medio Ambiente, Jesús Fernández Testón. Además del carácter informativo del mismo, el encuentro sirvió para conocer a fondo el estado de la red de saneamiento y las posibles causas de lo ocurrido.
Según explicaron ayer desde el Consistorio, en el día de hoy se realizará un nuevo muestreo en la zona afectada para conocer la calidad del agua. En caso de resultado positivo, la playa volvería a abrirse al baño en su totalidad.
El cierre parcial de la playa sorprendió a los usuarios del principal arenal gijonés en una jornada soleada con temperaturas que rondaron los 22 grados.
Tres o cuatro fugas al año
A pesar de que la red de saneamiento de la cuenca este de Gijón se ha fortalecido con nuevas infraestructuras, hay días en que la intensidad de las precipitaciones sigue superando la capacidad de transporte de los colectores de aguas residuales, obligando a realizar alivios en la parte baja del cauce, en puntos muy próximos a la playa. Cuando llueve en abundancia y los colectores se cargan de agua, se alivian en esos puntos y sale el agua de la lluvia, el de los arroyos y también el agua residual. Esto sucedía unas 50 o 60 veces al año en el Piles, pero con la entrada en funcionamiento del pozo de tormentas del Hermanos Castro, que retiene esos detritus y los bombea a la depuradora del este, la cifra de fugas anuales ha bajado a tres o cuatro.
En la Empresa Municipal de Aguas (EMA) preocupa también el estado de algunos colectores de la zona como el del río Peñafrancia, cuya renovación a medias con el Principado ha quedado aplazada hasta septiembre para evitar atascos durante el verano. La finalidad de esta obra es evitar los episodios de vertidos directos que se producen al río, afluente del Piles, debido principalmente al mal estado del actual colector, deteriorado por las raíces de la vegetación de ribera. Además, este colector cruza la obra de fábrica existente en la desembocadura del arroyo de La Pipa. Esta circunstancia reduce de forma notable la capacidad de canalización del mismo, lo que genera ocasionalmente filtraciones de aguas residuales que acaban vertiendo al Piles.