Batalla por la profilaxis
La decisión de la Consejería de Servicios Sociales de recomendar la vacunación contra la meningitis levantó polémica en Asturias
No son nuevas las diatribas contra la vacunación, sino más bien tan viejas como su propia historia. En lo que a hoy nos atañe, también ... hace cinco lustros que en Asturias se generó la polémica después de que la Consejería de Servicios Sociales recomendase la vacunación contra la meningitis en los colegios, «a pesar de que no existe riesgo de epidemia ni razones para la alarma», se aseguraba desde EL COMERCIO. No era, sin embargo, una decisión poco meditada. Meses llevaban las autoridades sopesando llevar a cabo una medida que, entre otras cosas, evitaba que quienes quisieran vacunarse contra la meningitis tuvieran que pagar «más de 1.500 pesetas en la compra del producto». Ahora la vacuna pasaba a ser gratuita y a administrarse en los centros educativos.
En contra se manifestaron, en primer lugar, los sindicatos CC OO y UGT, quienes recordaron «los criterios marcados en la reciente Conferencia Nacional sobre la Enfermedad Meningocócica, celebrada en Oviedo, en la que se establecía que la vacunación solo era necesaria en el supuesto de sobrepasar la tasa de más de 10 casos por cada 100.000 habitantes». Recalcaron, además, «que la vacunación masiva no evitará la aparición de nuevos casos de la enfermedad; que la vacuna solo es eficaz en la mitad de los niños de entre dos y cuatro años y nada eficaz en los menores de edad», entre otros matices.
De modo que ahí lo tienen: la polémica, servida. A los pocos días de saltar la noticia, el jefe de la sección de medicina interna de Cabueñes justificaba la decisión porque, aunque la vacuna no fuera eficaz en todos los casos, «aminora el riesgo de contraerla [la enfermedad]. Se llegan a dar casos de personas que padecen esta enfermedad en más de una ocasión». Polémica o no, en la calle la mayoría de las opiniones recabadas por EL COMERCIO apostaban por la vacunación. «Supongo que para recurrir a la vacunación masiva es que hay motivos suficientes», decía una agente de seguros; un joven estudiante de 12 años lo consideraba un buen método de prevención, pero una «precaución excesiva». Ya lo saben: en opiniones, de todo, como en botica.
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