La caducidad de la junta local, un escollo para sustituir a Mariano Marín
Los estatutos permiten a este órgano elegir al nuevo presidente de entre sus miembros, pero su mandato ordinario expiró en 2019
I. V.
GIJÓN.
Sábado, 20 de febrero 2021, 01:31
El PP de Asturias sigue estudiando la salida más conveniente para recomponer la dirección local de Gijón tras la marcha del partido de Mariano Marín ... , que ha dejado vacante la presidencia. Y aunque entre los firmantes de la denuncia que forzó su salida hay voces que confían en una solución democrática e inmediata que se ciña a lo que marcan los estatutos, también hay miembros de la junta local que plantean dudas sobre la legitimidad de los integrantes de este órgano para elegir al sucesor de Marín, dado el tiempo transcurrido desde que fueron elegidos en el último congreso, como parte de la lista que encabezaba el ya expresidente.
Las normas internas señalan entre las competencias de la junta directiva local «elegir de entre sus miembros a quien tenga que dirigir el partido en caso de dimisión o fallecimiento del presidente». Y sería la salida deseada por muchos, por la mala imagen que daría de cara a la militancia la imposición de nuevos responsables desde la dirección regional -ya sea nombrando a una persona para que se ponga al frente de la junta o creando una comisión gestora que la sustituya-. Pero el hecho de que la actual junta viera expirar su mandato ordinario en febrero de 2019, cuatro años después del último congreso, lleva a otros a pensar que esta solución podría tener alguna laguna legal. Aparte, para evitar dar de nuevo una imagen de división, quien resultara elegido -todos los ojos apuntan al secretario general, Pablo González- debería tener garantizado de antemano un apoyo casi unánime o al menos muy mayoritario.
El congreso es otra solución deseada, aunque en este caso el principal obstáculo es la pandemia, que complicaría su celebración. Fuentes del PP de Asturias mantienen que «no se descarta ninguna opción», por lo que la posibilidad de una gestora sigue sobre la mesa, aunque sea con la intención de que su duración sea la estrictamente necesaria hasta poder reunir el congreso.
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