La Cámara espera que el Principado fije su vínculo definitivo con el recinto ferial
El convenio con el Consorcio, ya en tiempo de prórroga, expira el próximo 31 de diciembre
ANDRÉS PRESEDO
GIJÓN.
Lunes, 2 de noviembre 2020, 00:14
Desde hace meses, el Principado y la Cámara de Comercio de Gijón mantienen conversaciones para establecer, a medio y largo plazo, cuáles serán las condiciones del convenio de gestión del recinto ferial Luis Adaro. El convenio, ya en prórroga, expira el próximo 31 de diciembre, y ambas partes intentan aclarar cómo serán las inversiones, plazos y canon que la Cámara deberá de abonar al Consorcio por hacerse responsable de la gestión durante todo el año del recinto de la vera del Piles.
Muchos son los aspectos que hay que concretar, según reconocieron a este periódico fuentes camerales, porque, aseguraron, se debería definir el futuro del recinto para los próximos treinta o cuarenta años. Todas las partes son conscientes de que este recinto ferial que empezó a nacer hace medio siglo de la mano de Luis Adaro Ruiz-Falcó necesita un amplio lavado de cara, renovación de infraestructuras, nuevos espacios expositivos y accesos más modernos. En suma, una adaptación a los nuevos tiempos que se plantea tan costosa como necesaria.
En todo caso, ni plazos ni cuestiones económicas son el principal escollo para la renovación del acuerdo. La disparidad va mucho más allá porque, según pudo saber este periódico, el Gobierno regional ha puesto sobre la mesa una cuestión que para la Cámara de Comercio de Gijón es una línea roja, una premisa irrenunciable y con la que, según parece, sus actuales rectores no están dispuestos a transigir: su vinculación indisoluble con el recinto ferial.
La Cámara pretende que, en el nuevo convenio con el Consorcio, se fije por escrito y a modo de preámbulo que será este estamento gijonés quien 'sine die' se encargue de la gestión del recinto Luis Adaro, como siempre ha sido desde su creación, cerrando la puerta a la posibilidad de que la explotación del recinto pudiera salir a concurso. Ello, a entender de la Cámara gijonesa, podría suponer que cualquier grupo empresarial español o extranjero pudiera hacerse con las riendas del recinto con riesgo de desvinculación de la ciudad.
Raíces históricas
La argumentación de la Cámara de Comercio se basa en las raíces históricas del recinto, nacido al calor de su gestión, y en una trayectoria de medio siglo de vinculación a la ciudad. Sin embargo, desde el Principado, que es quien preside el Consorcio ferial, se resisten a 'blindar' por escrito la gestión. Hay quien defiende la tesis de que se trata de una propiedad pública y que, por ende, su gestión debe de ser sacada a concurso. El Consorcio del recinto está integrado, casi a partes iguales por el Principado, el Ayuntamiento de Gijón, Liberbank y la Cámara de Comercio de Gijón, con mínima representación de otras entidades regionales. En todo caso, no es la primera ve que el recinto de la Feria Internacional de Muestras de Asturias es objeto de deseo por parte de quienes ven en su gestión un 'caramelo' tanto social como empresarial. En 1996, con Pedro de Silva al frente del gobierno del Principado y Jesús Fernández Valdés como consejero de Industria, la administración regional intentó hacerse con el recinto gijonés con el argumento de que el recién estrenado carácter internacional obligaba a que fuera la comunidad autónoma quién se encargara del mismo. La intervención, por entonces, del alcalde de la ciudad, Vicente Álvarez Areces, acabó con aquel intento de abordaje. Pero no hace demasiados años, al calor de una pretendida fusión de las tres actuales cámaras de comercio asturianas, de nuevo el recinto ferial volvió a ser moneda de cambio.
Ahora, parece repetirse la historia en un momento en el que la situación económica es más que complicada. La suspensión de la Feria supuso un duro golpe a las arcas de la Cámara, que se sustenta en torno a un 70% en los beneficios de la feria de agosto. Incluso su presidente Félix Baragaño habló de la posibilidad real de un Erte para toda la plantilla que en la actualidad es la mitad que hace diez años. Pequeñas ferias puntuales tratan de salvar los números de 2020.