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El pleno extraordinario de ayer en el Ayuntamiento de Gijón no llegó a los 40 minutos. 39 para ser exactos. Es lo que tardó en ... ventilarse un debate sobre transfugismo, gobernabilidad y pactos legítimos (o no, según la oposición). Pero fíjense, aunque le parezca poco tiempo, fue el suficiente para que un montón de nombres, que ni estaban ni se les esperaba, se convirtieran en protagonistas inesperados del debate.
Están los que fueron citados con nombre y apellidos: el diputado autonómico de Foro en la pasada legislatura (y expulsado de la formación) Pedro Leal; y también quien liderase la lista del PP en 2019 y acabase siendo concejal no adscrito, Alberto López-Asenjo. Y de los que no se citó su nombre, pero se entendía perfectamente a quién se referían, el también exdiputado, expulsado por Ciudadanos, Armando Fernández Bartololmé; y el secretario general del PSOE, Monchu García. También hubo referencias a Junts, la amnistía, al diputado socialista y exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, a la reforma laboral, la pandemia....
Sí, a todo eso. Y sí, en menos de 40 minutos. Para los que no siguieran el pleno extraordinario, y por poner un poco de orden. A la cita se llega una vez que Carmen Moriyón expulsa a Vox del gobierno, pero no retira las competencias a Óliver Suárez, presidente de Divertia. Los días pasan, éste dice que discrepa en varios puntos con su partido, no consigue que le expulsen y se va. Del partido y del grupo municipal, pero se queda como concejal no adscrito. Y como presidente de Divertia. La oposición dice que esto vulnera el pacto antitransfuguismo, al que Foro está adherido, y fuerza un pleno extraordinario para que la alcaldesa ofrezca explicaciones. Y así se llega hasta la cita de ayer.
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Los proponentes, PSOE, IU y Podemos, llevaron estrategias diferentes. Podemos puso el foco en lo que, a su juicio, representa Vox, y que un concejal que lo fue hasta hace dos minutos, no abandona así, de golpe, «el machismo, racismo, homofobia, y negacionismo político», dijo la portavoz de municipal, Olaya Suárez.
En el caso de Izquierda Unida, Javier Suárez Llana, quiso llevar al debate a otro estadio diferente, la incomprensión de que Carmen Moriyón se apoyase ahora para gobernar en Óliver Suárez, cuando, recordó, entre 2011 a 2019, estando en minoría, llegó a acuerdos a izquierda y derecha. Y citó, por ejemplo, que salió adelante el PGOU, apoyado por IU y con la abstención del PSOE. «¿Merece la pena llevar la ciudad al límite por una mayoría de gobierno?», se preguntó.
Por su parte, el PSOE, que habló a través de su portavoz adjunta, Carmen Eva Pérez, y no el titular, Floro, centró su estrategia en dos vías. En el primer turno leyó recortes de prensa y comunicados de Foro cuando zarandeaba el pacto antitransfugista, a cuenta de Pedro Leal, que a pesar de expulsado del partido, nunca lo estuvo del grupo parlamentario de Foro. Con ello quería hacer ver las incoherencias de la alcaldesa, y presidenta de la formación. «Las convicciones de Foro son del todo vale. Del Gijón bien vale un pacto con Vox y sus tránsfugas», dijo la socialista. En el segundo turno, cambió el tercio. Carmen Eva Pérez pasó a hacer un retrato de la alcaldesa vinculándola con la ideología de extrema derecha, recordando las votaciones de su partido en el Congreso junto a los de Santiago Abascal. «Empiezan a comportarse como si la democracia fuera un pequeño estorbo que hay que ir eludiendo para conseguir los fines de cada uno», señaló.
Con este retrato de fondo, Carmen Moriyón también optó por dos salidas. En el primer turno de palabra, visiblemente más incómoda con lo que estaba leyendo, subió la apuesta. Y disparó en varias direcciones, sacando los colores a la hipocresía de algunos discursos. Sacó a Podemos de la ecuación (verbalizado por ella misma) y se centró en PSOE e IU. Fue cuando recordó que Adrián Barbón sacó adelante unos presupuestos con el voto de Armando Fernández Bartolomé (en el grupo mixto en la Junta) y que, ya bajando al barro, «en lo peor de la pandemia, su secretario general (PSOE) firmaba un contrato con una empresa municipal». Casi como el que tira la piedra y esconde la mano, añadió: «No hablo de legalidad, sino de ética y moralidad».
Pero, ante tantos ataques, la regidora se preguntó en voz alta, y retóricamente: «¿Qué ha hecho Carmen Moriyón? ¿Buscar una alternancia política? ¿Mantener a un concejal legítimamente elegido por los gijoneses?». La alcaldesa defendió que «Gijón sigue siendo un lugar libre, tolerante y comprometido», acusó a los socialistas de «solo cree en la democracia si gobiernan» y sentenció: «Seguiré trabajando para que los gijoneses tengan el futuro que se merecen».
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