«No tiene sentido que se cierre un museo para abrir unas oficinas»
Francisco Carantoña Álvarez, miembro de la comisión que debe evaluar el traslado del Piñole, afirma: «Una cosa es un traslado, que fue lo que en su día se planteó y otra cosa es un cierre. No puede ser»
Asegura que su padre sentiría como una auténtica puñalada el cierre del Museo Piñole de Gijón, que movería cielo y tierra para frenarlo. Francisco Carantoña ... Álvarez, hijo de Francisco Carantoña Dubert, y miembro de la comisión que ha de evaluar el cumplimiento de las condiciones de la donación realizada por Enriqueta Ceñal en 1989 de la obra de su marido, Nicanor Piñole, no da crédito a lo que está pasando. Y confía en que triunfe la cordura y se dé marcha atrás.
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–¿Qué le parece?
–En primer lugar, lo que se discutió hace 17 años y se le dio el visto bueno en la comisión era el traslado del museo pero sin ninguna interrupción. Lo que no se planteaba era cerrar y esperar a que terminase la obra de Tabacalera. Lo que habría que hacer ahora si se quiere trasladar es esperar a que termine la obra y tenga un edificio nuevo, lo que no se puede tener es literalmente cerrado durante años. ¿Lo de Tabacalera cuánto tiempo lleva? Y no hay ninguna seguridad de que ese edificio anexo se vaya a realizar. Luego hay un segundo aspecto que para mí es muy importante, lo que se planteó era que fuera un edificio anexo al museo de Gijón, era independiente o autónomo, pero vinculado a un museo, pero ni siquiera se sabe lo que va a ser. ¿Ahora va a ser un anexo a qué? No acaban de definirlo ni acaban de hacerlo. Hay otro problema, que he hablado con personas expertas, y es que hay mucha obra en papel, dibujos, acuarelas, que son muy delicados. ¿Qué van a estar años almacenados? ¿En qué condiciones? ¿Qué sitio tiene las condiciones adecuadas para que no se deterioren? A mí todo eso me parece muy importante para plantear las cosas.
–¿Hay un incumplimiento de las condiciones de la donación?
–Yo creo que sí, porque es un cierre indefinido y no se estaría exponiendo la obra de Piñole. Esto puede tener su importancia, porque podría dar lugar a una reclamación por parte de los herederos, pero a mí lo que me importa más y lo digo como hijo de Carantoña, como catedrático de universidad y como persona aficionada al arte, es que Gijón se quede sin el museo de uno de su pintores fundamentales. No tiene sentido, después de lo que se hizo, de lo que se luchó, y para abrir unas oficinas que podrían estar en cualquier otro lugar. Insisto, una cosa es un traslado, que fue lo que en su día se planteó, y otra es un cierre del museo. Eso no puede ser.
–Carantoña fue el gran impulsor de este museo. ¿Qué cara se le quedaría?
–Estaría escribiendo y moviéndose. Él lo hubiera parado. Me sorprende de una alcaldesa que viene del partido de Álvarez-Cascos, muy aficionado a la pintura y que tuvo la idea primera de hacer un museo de pintura de Gijón, que se plantee el cierre sin dar una alternativa clara.
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