Cinthya Zebaze, de una patera a triunfar en 'Got Talent': «Lo dejé todo para empezar de cero»
Huyó de Camerún, entró en patera a España y rehizo su vida en Gijón
MIGUEL ROJO
GIJÓN.
Miércoles, 30 de enero 2019, 03:30
Las bocas abiertas de los jueces de 'Got Talent', uno de esos programas que buscan estrellas en la televisión, dejaban bien claro que la actuación de Cinthya Zebaze, camerunesa de 37 años asentada en Gijón, era de las de ovación y pase a la semifinal. Sonriente en todo momento, se presentó nerviosa ante Risto Mejide y los suyos para cantar un aria de 'Turandot', la ópera de Puccini. Su atuendo tradicional y su español recién aprendido, con marcado acento africano, no hacía sospechar que de su garganta surgiría tal chorro de voz. La joven, que tras recorrer media África a pie cruzó en una patera por aguas del estrecho para entrar por Ceuta en territorio español, ha visto cómo aquella pesadilla queda atrás y ahora vive «un cuento que se ha hecho realidad».
-¿Cómo aprendió a cantar? ¿Cómo descubrió esa voz?
-Aprendí por mi cuenta, después de llegar a España. Me gusta mucho la música lírica y clásica, empecé a cantar en el coro San Julián de Somió y enseguida me pusieron como solista. Ahora di algunas clases, primero con Gonzalo Quirós, que me inició en las técnicas básicas, y ahora con Alberto Arango, con quien estoy mejorando mucho. Aún tenemos mucho trabajo por delante.
-¿A qué se dedica aquí en Gijón?
-Estudio a distancia enfermería y trabajo como asistenta del hogar.
-Y sigue pasando casi a diario por la Casa de Acogida de Nuestra Señora de los Desamparados de La Guía, donde la acogieron cuando vino a Asturias.
-Ahora ya tengo mi propia casita, pero sigo yendo todos los días, es mi segunda casa en Gijón. Les estoy muy agradecida por todo lo que me ayudaron, sin ellas no hubiese sido nada igual. Llegué allí cuando mi hija tenía un año y medio y aún hoy, que tiene siete, la seguimos llamando 'la casa de las abuelas'.
-Cuénteme cómo se decidió a salir de Camerún y venir a España.
-La vida en Camerún era muy dura, no había trabajo, no había ningún futuro para mí. Yo tenía estudios de Bioquímica, en la Universidad, pero estaba segura de que no me servirían para nada. En 2010, lo dejé todo para empezar de cero. Fui caminando de país en país hasta llegar a Marruecos. Y desde allí crucé la frontera por mar, en una patera, y llegamos a Ceuta. Allí estuve ocho meses, en un centro de inmigrantes, y después de tiempo el Gobierno me envió a Asturias.
-¿Cómo fue aquella travesía?
-Éramos doce personas en total, y yo la única chica. Además estaba embarazada de mi hija. Encontramos un negocio en el que vas y pagas para cruzar a España. Tienes que esperar a que haya patera disponible y si te coge la Guardia Civil y quieres volver a intentarlo, tienes que volver a pagar. Pasamos mucho frío, entraba agua... Estuvimos unas seis horas para poder llegar a la orilla. Ahora lo veo con distancia, ya estoy mucho más feliz. En Asturias todo el mundo me ayudó mucho, hay mucha gente que se preocupa por mí y me encanta que tantos me hayan llamado para felicitarme.
-¿Cómo recuerda su llegada a Asturias?
-Primero estuve en Oviedo, donde nació mi hija Ángela. Fue a través de ACCEM como conseguí las primeras ayudas, y pronto me encontraron sitio en la Casa de Acogida de la Guía. Estuve allí cuatro años hasta que obtuve la residencia y pude empezar a trabajar.
-¿Con qué dificultades se encontró en aquellos momentos?
-Lo primero fue aprender el castellano, porque no sabía ni una palabra. Además todo era muy diferente. Tuve que aprender prácticamente todo de nuevo, desde usar la cocina o los electrodomésticos. Yo venía de una familia humilde, no pobre, pero sí con pocos recursos. Ahora mis padres están jubilados y soy yo la que les ayuda desde aquí.
-Y después empezó a cantar.
-Cuando empecé en el Coro San Julián de Somió fue Charo Castro, la directora, quien descubrió mi voz y me animó a empezar a trabajarla. Me enseñó algo de solfeo para que pudiese seguir las partituras y empecé a cantar en bodas y otras celebraciones. Los de 'Got Talent' me llamaron porque supieron de mi historia y allí me presenté en septiembre, cuando se grabó el programa.
-¿Cómo fue la experiencia?
-Primero fui al casting a Madrid, donde entre más de 5.000 personas quedamos unos 500 para las audiciones. El lunes se emitió la mía, en la que pasé con el voto favorable de los cuatro. Fue una experiencia única, muy emocionante para mí. Estaba muy nerviosa y ver la gente de pie aplaudiendo me puso más nerviosa todavía. Yo no suelo llorar, de hecho hubo muchos momentos en mi vida que tenía razones de sobra para hacerlo y no lo hice, pero allí no me pude aguantar. No pude esconder toda esa emoción.
-¿Se ve con posibilidades de ganar?
-Confío sobre todo en darme a conocer y poder salir adelante, ver si puedo dedicarme a la música. Pero no creo que pueda ganar, porque hay mucho talento en toda la gente que compite. Yo seguiré con mis estudios por si acaso. Con lo que ya tengo, no me puede quejar. Doy gracias a Dios por haberme dejado llegar hasta aquí. Eso sí, tampoco voy a renunciar a mejorar.