Un cole pequeño, pero mundial
Los Campos tiene cien alumnos de más de veinte nacionalidades que reciben una atención muy personal gracias a las bajas ratios
EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Viernes, 4 de marzo 2022, 17:43
Pequeño en cuanto a número de alumnos -cerca de un centenar-, el colegio Los Campos materializa la expresión 'crisol de culturas'. En su enorme y ... privilegiado patio ubicado en el centro de Gijón se escuchan saludos en chino, inglés, senegalés y árabe y solo en la clase de cuatro años hay alumnos de Colombia, Georgia, Perú, Venezuela, Rumanía y, por supuesto, Gijón. El centro ha hecho de la integración uno de sus pilares, que un nuevo equipo directivo trata de poner en valor: «Donde algunos ven un problema, nosotros vemos una oportunidad para fomentar la diversidad», explica su secretario, Antoni Medina.
El centro tiene un programa específico de acogida y las dos logopedas y la maestra de inmersión lingüística se vuelcan desde educación infantil en estimular el lenguaje y la comunicación de sus alumnos, trabajando a través de juegos para que adquieran el vocabulario necesario para integrarse completamente en el centro desde su incorporación, que a veces se produce con el curso empezado. «Hay un goteo continuo, el colegio es muy abierto para ir recibiendo a niños y por eso tenemos esta acogida muy personalizada», destaca. «Me gusta mucho este cole», asegura Laia Teixeiras Bragança, de 5º de Primaria. Nacida en León de padres portugueses, llegó procedente de Canadá a principios de curso y aunque reconoce que las clases aquí son «un poco más difíciles -«¡en Lengua hay tildes, comas y puntos!»- se muestra encantada con tener compañeros de diferentes países. «Me gustan mucho los idiomas y las diferentes culturas», apunta. Y añade: «En Canadá éramos 36 en clase y aquí solo 13, es mucho mejor».
Ser pocos tiene claras ventajas: además de repartirse el enorme espacio físico de un colegio de grandes dimensiones, el centro ofrece una atención más personalizada. «La ratio está entre 8 y 15 alumnos por clase. Es un lujo y a veces tenemos dos profesores en una misma aula», señala Medina. En la clase de cuatro años, la tutora Eugenia Velasco trabaja por rincones las matemáticas manipulativas, es decir, a través del juego. Así, mientras en una zona David y Sofía relacionan en la pizarra digital las grafías de los números con la cantidades que representan, en otro rincón la logopeda del centro ayuda a los mellizos Raúl y Deva, recién llegados al centro, a ir cogiendo el ritmo del resto de la clase. «Al tener menos niños podemos trabajar este tipo de actividades y atendiendo a los tiempos de cada uno», señala la tutora, que remarca que esta forma de aprender es muy beneficiosa porque «agudiza la observación, aumenta el interés de los niños y desarrolla actividades positivas a la hora de resolver conflictos». El nuevo equipo directivo también se ha volcado para enriquecer el centro y hacer de Los Campos «una escuela viva y transparente, implicada con toda la comunidad educativa» y para ello ya trabajan en potenciar «metodologías más globales y transversales», así como mejorar los equipamientos tecnológicos y las instalaciones, con la ampliación del huerto escolar y la construcción de un rocódromo en el patio.
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