Cuatro décadas y tres licitaciones fallidas a la espera de la residencia universitaria
La primera reclamación formal la realizó en 1993 el entonces director de la Escuela de Ingeniería. El 20% del alumnado del campus es foráneo
LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Miércoles, 24 de mayo 2023, 00:44
La Universidad de Oviedo lleva desde tiempos del rector Julio Rodríguez -que dirigió la institución académica entre 1996 y 2000- buscando la forma de responder a la demanda de la ciudad y la comunidad universitaria de dotar de una residencia estudiantil al campus de Gijón. Se trata de una reivindicación que viene de mucho más atrás. Casi de cuatro décadas atrás. En 1993, el entonces director de la Escuela de Ingenieros, Alfonso Fernández Canteli, remitió una carta al alcalde Vicente Álvarez Areces instando a reservar un presupuesto para la ejecución de la residencia.
A finales del siglo pasado estudiaban en el campus de Gijón cerca de 10.000 alumnos. Hoy son casi la mitad, pero la necesidad de contar con un alojamiento sigue siendo idéntica. Se estima que el 20% del alumnado matriculado en alguno de los centros de Gijón -tanto en estudios de grado como de máster- procede de fuera de Asturias. En estas tres décadas ha habido muchas intenciones, ideas, propuestas y proyectos para materializar ese necesario alojamiento. Hasta ahora, ninguno ha cuajado.
A principios de 2000 se habló de ubicar la residencia estudiantil en la Universidad Laboral, idea que tiempo después volvía a ponerse sobre la mesa. En 2007, por ejemplo, Principado y Universidad plantearon habilitar 120 minipisos para universitarios en la antigua residencia de estudiantes de la Laboral. No fue adelante.
También fue recurrente la ubicación de la parcela anexa a la Escuela Superior de Marina Civil donde ahora se proyecta el equipamiento, y también con la fórmula que ahora se pretende: la de ceder el terreno a una empresa privada a cambio de la construcción y explotación de la residencia durante un tiempo determinado.
La financiación, el problema
En realidad, el terreno nunca fue el problema. La financiación fue el gran inconveniente. En 2008, con 8.000 alumnos en el campus gijonés, el proyecto de residencia universitaria seguía en cartera como una prioridad, pero con el persistente impedimento de la ausencia de recursos económicos.
En 2009, con Paz Fernández Felgueroso como alcaldesa, fue el Ayuntamiento el que decidió impulsar el proyecto ofreciendo como ubicación una finca municipal en la confluencia de la avenida del Jardín Botánico y la de la Pecuaria. Finca a la que después se añadiría otra, cedida por el Principado. Tres empresas se presentaron al concurso que finalmente fue adjudicado a la Sociedad Concesionaria Alojamientos de Gijón S.L. con la condición de que las obras, en los terrenos ubicados a espaldas del Intra, comenzaran en el verano de 2011. Era aquel un proyecto presupuestado en 23 millones de euros, con cinco edificios destinados a alojar a casi 500 personas, además de un edificio de servicios, y que contemplaba también una piscina cubierta. La firma del contrato tuvo lugar en enero de 2011, pero el proyecto -que nunca contó con el beneplácito de la Universidad- acabó haciendo aguas. No sin antes reclamar la concesionaria una indemnización de 745.000 euros que el Ayuntamiento, ya con Carmen Moriyón como alcaldesa, se negó a abonar. Al final, la empresa acabó recibiendo 53.000 euros por su renuncia.
Así las cosas, en 2015 elaboraron unos nuevos pliegos y se convocó un nuevo concurso para la construcción y explotación de la residencia. Esta vez en la explanada junto a Marina Civil. Solo hubo una oferta, la de la UTE que formaban el Instituto Gerontológico Astur, junto a Gestión de Servicios Sociosanitarios del Principado (Gessprin), Arquitectonia, Modultec e Imasa Ingeniería. Pero las dificultades económicas de una de las empresas y la decisión de otra de abandonar el proyecto acabó desencadenando la renuncia de las restantes.
2016 arrancó con una nueva licitación, la que ganó la empresa madrileña Rya Residencias. Las obras no pudieron comenzar en el plazo previsto porque la licencia definitiva dependía de la aprobación del Plan General de Ordenación (PGO), que se produjo en 2017. Se dijo que las obras empezarían en abril de 2018, pero tampoco. «Problemas con la financiación» lo impidieron. El contrato quedó rescindido en febrero de 2020.
El último intento
Con Ignacio Villaverde en el rectorado se empezó a trabajar en un nuevo proyecto del que a principios de 2021 se conocieron los primeros detalles y que despertó el interés de varias empresas. La licitación se ha ido retrasando, le ha pillado de por medio la crisis de los materiales y ahora quieren replantear los pliegos para ampliar la concesión de la residencia de los 40 años en que se había establecido en los proyectos anteriores a 50, con una prórroga de 25 años más. Mientras tanto, el gran proyecto pendiente del campus de Gijón sigue siendo eso, un proyecto.