La descarga de sardina arranca el verano al alza mientras el bonito baja respecto a 2020

La campaña de la sardina arrancó el 3 de mayo y la pasada semana el sector pesquero recibió por fin buenas noticias tras años de escasez y limitaciones de capturas. El stock biológico de la 'sardina pilchardus' parece estar recuperándose respecto a años anteriores, cuando los científicos llegaron a aconsejar prohibir su pesca durante quince años para evitar su colapso. El pasado 21 de junio, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) recomendó doblar las capturas del año pasado, constatando su recuperación, lo que supone que España pasará de disponer 7,1 a 13,54 millones de kilos.

Haciendo bueno el dicho popular 'por San Juan la sardina moja el pan', hasta el momento, en la lonja gijonesa se han rulado 100.000 kilos, que con un precio medio de 0,90 euros arrojan una facturación de 96.000 euros. Solo en mayo se habían rulado 60.959 kilos. «Aún no hay mucha sardina», constata la gerente de la lonja, Isabel Pacios, si bien a finales de junio del año pasado se habían rulado 75.060 kilos con una facturación de 38.222 euros y un precio medio de 0,51 euros.

En lo que respecta al bonito, la gran estrella de la temporada y especie clave para la rula gijonesa, empezó «flojo». «Está siendo una campaña irregular, con subastas pero extraña», resume la gerente de la rula de El Musel, que apunta que «últimamente empezaron a encontrar más» pescado pero el mal tiempo de estos días ha obligado a regresar a puerto a muchos barcos, sobre todo los que pescan al tanqueo.

Por ahora se han descargado en la rula gijonesa 99.000 kilos de bonito, que arrojan una facturación en primera venta de 668.800 euros. El precio medio que está alcanzando en la rula es de 5,71 euros, «más caro que el año pasado porque hay menos descargas».

Por el momento, al escasear el pescado en el mercado y haber bastante demanda, tira sobre todo el bonito que va para consumo fresco. «Las fábricas prácticamente no han entrado a comprar», a la espera de que los precios bajen. El año pasado, a estas alturas, se habían subastado 127.000 kilos del túnido, a un precio medio de 5,44 euros.

En cualquier caso, Isabel Pacios insiste en que lo importante no es cómo empieza la campaña, sino cómo acabe. La gerente de la lonja está convencida de que la costera será buena, ya que los pescadores tienen un 12,5% más de cuota y «al haber empezado con un ritmo de pesca más lento seguramente se prolongue más en el tiempo», algo que favorece a las rulas asturianas, pues es sobre todo en julio y agosto cuando el pescado se aproxima a nuestra costa y las distintas flotas del Cantábrico entran a descargar en puertos de la región.

Está siendo un año especialmente positivo para la Lonja de Gijón, que, a falta de cerrar el mes de junio, lleva 12 millones de kilos de pescado subastado y 22 millones de euros de facturación. De hecho, en los cinco primeros meses del año superó a la rula de Avilés tanto en descargas como en facturación. LonjaGijón terminó mayo con un acumulado de 9,6 millones de kilos descargados y 18,6 millones de euros facturados y la rula de Avilés concluyó los cinco primeros meses del año con 9,5 millones de kilos subastados y 18,1 millones de euros de facturación. En ello tuvo mucho que ver una excepcional costera del bocarte, que se saldó con 14,3 millones de euros en ventas y 6,6 millones de kilos rulados. Próximamente, se abrirá de nuevo la pesquería para liquidar el 10% restante del cupo asignado.