Desplome en Cimavilla
En la calle de Eladio Verde se derrumbó una fachada a un patio interior sin que debieran lamentarse daños personales
La cosa se quedó en un susto. Hace 25 años, con el barrio Cimavilla, en plena transición a la gentrificación, los vecinos de la calle ... Eladio Verde se llevaron un susto morrocotonudo después de que en ella se desplomase la fachada de una vieja casa de las que poblaban, y pueblan, el barrio alto. Eso sí: lo hizo hacia un patio interior, «sin que se registraran daños personales», según informaron a este periódico fuentes de la Policía Local y Bomberos. El incidente se había producido sobre las cuatro menos cuarto de la tarde, «cuando un trozo del frente del primer piso de la casa, el número 2 de la citada calle, de tres metros de alto por tres de ancho, se fue abajo y cayó a un patio interior en el que no se encontraba ninguna persona».
Casi puede decirse que fue un milagro. La humedad había carcomido el tabique siniestrado, en una casa con no pocas decenas -y nos quedamos cortos- de años de antigüedad, pero los dueños no se enteraron en el acto. Según se informó, fue la Policía Local la que debió alertar «al responsable de la casa y al de un pub que está ubicado en el bajo, que no se vio afectado» -menos mal- «por el desplome de la fachada, aunque utiliza el patio interior como almacén».
Ahora, la maquinaria habría de ponerse en marcha para reparar el entuerto. El primer paso a seguir sería que los bomberos cumplimentasen un informe que, una vez completado, habían de remitir al Ayuntamiento «para que los técnicos de Urbanismo tengan conocimiento de la incidencia en dicha casa». Antes de eso, el cuerpo recomendó al responsable de la vivienda de Eladio Verde que encargase a unos albañiles, con la mayor rapidez, «la reparación de la fachada, y al titular del pub que clausure la puerta de acceso al patio interior donde cayó el trozo de fachada», por obvios motivos de seguridad. Pudo haber sido una tragedia, pero, ya lo ven, se quedó en susto. Hasta los daños materiales fueron menores de lo que cabría pensar, ya que, «según los bomberos», dijimos, «la estructura de la vivienda no se ha visto afectada». Ocurrió hace 25 años. Un auténtico milagro.
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