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El detenido por el crimen de la inmobiliaria en Gijón alega su confesión y la obcecación con la víctima
El juicio por el asesinato de Rodríguez Tobajas arrancará en marzo con un jurado popular
E. C.
Gijón
Viernes, 10 de enero 2025, 20:33
Felipe A. R. se sentará el 31 de marzo en el banquillo de los acusados de la Sección Octava de la Audiencia Provincial por el ... crimen de Francisco Javier Rodríguez Tobajas, el propietario de una inmobiliaria de la calle Campo Sagrado, en Gijón, a quien apuñaló mortalmente por una presunta obcecación por un préstamo personal que le concedió la víctima años antes y que le habría hecho perder su vivienda.
Será un jurado popular el encargado de juzgar al procesado, para quien la fiscalía solicita 18 años de prisión por un delito de asesinato. La acusación particular eleva la petición de condena a 20 años, a lo que suma una indemnización de 850.000 euros para los hijos, los padres y la pareja del fallecido.
La defensa, por su parte, reconoce que su cliente es autor de un delito de asesinato, si bien alega tres atenuantes: obcecación, reparación del daño y confesión de los hechos.
La vista oral está previsto que se celebre en cinco sesiones, desde el 31 de marzo hasta el 4 de abril, día en el que los miembros del jurado popular deliberarán sobre la responsabilidad penal del procesado.
El acusado se encuentra en prisión provisional desde septiembre de 2023. Fue detenido por la Policía Local en las inmediaciones de la agencia inmobiliaria, a cuyas puertas mató a Rodríguez Tobajas, de 55 años. Lo apuñaló con un cuchillo de grandes dimensiones que el día anterior se había llevado de la carnicería en la que trabajaba. «Me arruinó la vida», declaró Felipe A. R. ante la jueza instructora del procedimiento. Achacó el préstamo concedido, de unos 3.000 euros «con muy altos intereses», a su devenir en los años posteriores: le embargaron el piso en el que vivía con su esposa y su dos hijas, acabó separándose y desde hacía años vivía en una habitación de alquiler en un piso compartido en la carretera del Obispo.
Los exámenes forenses a los que fue sometido el encarcelado descartan que padezca alguna patología mental que le llevase a cometer el crimen. Las pruebas que maneja la acusación pública y la particular apuntan a que actuó con pleno conocimiento de causa y sin que sus capacidades volitivas estuvieran mermadas, extremo que de darse podría servir para la defensa.
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