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El deterioro del forjado por la humedad pudo causar el derrumbe en el techo del colegio San Vicente de Gijón

Expertos en procesos constructivos señalan que el incidente era difícil de prever y pudo ocurrir en cualquier momento

EUGENIA GARCÍA

GIJÓN.

Sábado, 8 de enero 2022, 00:51

¿Qué pudo ocurrir para que, como de forma gráfica indicó Vicente Moirón, «de golpe y porrazo» se viniera abajo parte de la estructura de ... un edificio casi centenario? La clave está en el escombro del forjado: las ruinas del esqueleto del edificio determinarán si, como parece, había una patología previa o si en alguna reforma se pudo haber dañado algún elemento estructural. Alfonso Lozano Martínez-Luengas, experto en patologías constructivas y profesor titular del departamento de Construcción de la Universidad de Oviedo, explica que «el escombro muestra síntomas físicos y da una idea bastante precisa de por qué puede haber ocurrido el fallo».

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En los edificios antiguos como este, precisamente porque llevan muchos años en pie, se presupone que no existe ningún problema de cargas, en este caso de muebles y alumnos, teniendo en cuenta también que no existían construcciones auxiliares sobre la terraza. «Donde hay que centrarse es en la protección contra el agua, lo que se denomina la estanqueidad» de la estructura, que en inmuebles antiguos suele ser mixta, señala el experto. Cada material tiene un comportamiento y afección diferente relacionadas con la humedad, climatología y cercanía al mar. «La madera se ve afectada por hongos y pudrición, mientras que la corrosión y la carbonatación, patologías del acero y el hormigón, van más rápidos a causa de la sal».

Inspecciones visuales

¿Se podría haber detectado la patología antes? La cuestión tiene difícil respuesta, teniendo en cuenta que las inspecciones a los edificios suelen ser visuales, sin pruebas de carga, a no ser que se detecte claramente un síntoma «de fallo claro como la aparición de grietas en lugares localizados, sobre elementos estructurales o en zonas de fachada muy llamativas», indica Lozano. «Los puntos que más afectan a la estructura del edificio son aquellos donde la estructura horizontal apoya con los muros de la fachada, que son difícilmente inspeccionables y siempre se puede escapar algo de información, y los denominados forjados de cuartos húmedos, situados bajo baños y cocinas, que es donde se puede acumular más agua». El agua es «el elemento que más afecta a las estructuras».

Otra dificultad para prevenir daños previos es la existencia de un falso techo, el que precisamente estaban renovando cuando tuvo lugar el fatal suceso. «Oculta absolutamente todo e impide revisar el estado del intradós del forjado, la parte interior de la estructura horizontal y lo que verdaderamente importa».

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¿Y la lluvia? ¿Pudo provocar el colapso? El experto lo duda. «Los únicos colapsos por lluvia ocurren en casos donde hay una cubierta con una retención de agua enorme, pero en cualquier caso para que falle por lluvia el material tiene que llevar muchos años humedecido».

Una lluvia casual

«Puede ser el proceso final que acelere la humedad, pero el peso del agua sería ridículo en comparación con lo que tendría que haber aguantado la estructura», coincide Alfonso Fernández Canteli, catedrático de Mecánica de los Medios Continuos en la Escuela Politécnica. «Creo que la causa solo puede ser el deterioro del forjado por un proceso avanzado de humedad y que ha sido casual que la cubierta cayera mientras llovía: podría haber ocurrido igual si estuviera seco».

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«Es difícil, pero me puedo imaginar que sea un forjado antiguo, conformado por viguetas de hormigón con una armadura de hierros redondos lisos, con menor adherencia que los corrugados, y que la conjunción del tiempo y la humedad haya corroído los elementos de la estructura, haciendo que cayera por su propio peso». «Tiene que ser un proceso de oxidación y pérdida de sección efectiva de las armaduras», opina. Y si no hubo síntomas previos «es difícil predecir que algo puede pasar», pues las humedades por las que se decidió cambiar el pladur «pueden achacarse a un problema de aislamiento y no son necesariamente indicativas de un problema en el sistema portante».

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