La dirección regional abre la puerta a una intervención del PP de Gijón

La propia presidenta regional, Teresa Mallada, se refirió a la crisis gijonesa, aunque de manera más velada, durante la intervención pública con la que dio inicio la reunión de la junta regional. «A pesar de problemas puntuales que estoy convencida de que se resolverán pronto y de la mejor manera posible, el PP de Asturias está en el buen camino», aseguró. Lo hizo tras señalar que «ahora es más importante que nunca que el Partido Popular esté fuerte y unido, porque España y Asturias nos necesitan» y pedir «ser autoexigentes, trabajar para ofrecer propuestas que permitan que nadie se quede atrás y centrarnos solo en eso, dejar de mirarnos al ombligo y escuchar».

Mallada remarcó además la importancia de tener en cuenta a los afiliados. «Los que tenemos responsabilidades estamos obligados a rendir cuentas y escucharles, tanto cuando nos dicen que estamos acertados, como cuando nos trasladan que quizás estamos errando en nuestras propuestas o actitudes».

Aunque no se habló de un escenario concreto, como pudiera ser el de la aprobación de una gestora, la dirección regional narró durante la reunión del comité autonómico cómo desde la llegada de la nueva junta directiva en octubre se ha buscado un acercamiento con todas las agrupaciones locales, siendo la de Gijón la única de la que no se está recibiendo «un retorno positivo». Se puso como ejemplo que a día de hoy Marín no ha cumplido con nada de lo que se le pidió en una reunión que tuvo lugar ya en noviembre. «Lo que le pedimos a la gente es trabajar o, si el partido no es capaz de recomponerse, hacerse a un lado. Porque esta situación no se puede mantener de forma perenne», afirmó Queipo según fuentes populares.

En la junta local del jueves, de hecho, estaba previsto que el presidente cumpliera con el acuerdo para poner en marcha unas nuevas comisiones de trabajo, pero durante la reunión quedó patente que ni siquiera se había puesto en contacto con la vicesecretaria de Ideas y Programas, que era quien había estado preparando su composición. Ayer, veinticuatro horas después de ese encuentro, el malestar con Marín seguía siendo patente y los miembros de la junta que vieron cómo el presidente rechazaba votar un punto respaldado por 40 firmas mantenían su intención de trasladar lo ocurrido a comité de derechos y garantías autonómico.