Expertos plantean peatonalizar del Bibio al Parchís incluyendo un tramo de la Costa

Ninguno aconsejó recuperar el doble sentido de circulación a pregunta directa del director general de Movilidad gijonés, Cosme García. «Ideas del siglo XXI frente a ideas de principios del siglo XX», expresó el 'segundo' de Aurelio Martín en contraste con las tesis defendidas en las ponencias de enero por arquitectos asturianos como Diego Cabezudo y Celestino García Braña y técnicos locales como Ramón Galán y Fernando Gonzalez Landa.

Salvador Rueda (Lérida, 1953), fundador de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, defendió que el modelo de las 'supermanzanas' que triunfa en ciudades como Vitoria y Barcelona es perfectamente aplicable en Gijón con los estudios y ajustes pertinentes. Rueda mostró incluso durante la jornada abierta un esbozo, que se acompaña junto a estas líneas, de la intervención que él ve necesaria para reconquistar fácilmente espacio en el centro de la ciudad y el entorno del Muro para el peatón y el ocio. La idea consiste en definir agrupaciones de manzanas -grupos de unos 400 o 500 metros- en cuyo interior se restringe el tráfico y se amplía el espacio peatonal. Además se redirige el tráfico rodado al perímetro de estas, se elimina aparcamiento en superficie y se expanden las zonas verdes mediante labores de naturalización. Dentro de las supermanzanas, el tráfico interior sería exclusivamente residencial y de carga y descarga y se reduciría a 10km/h, una velocidad compatible con la vida peatonal. En el interior se cambiarían además las direcciones para que no se pueda atravesar en línea recta y el transporte público jugaría un papel fundamental en la transformación del modelo de movilidad, adaptándose mejor a la malla de calles principales.

En el caso gijonés, Rueda explica que propone dos grandes corredores verdes totalmente peatonales. Uno que abarca todo el frente marítimo desde el parque de Isabel la Católica hasta el cerro de Santa Catalina. Y, lo que resulta más llamativo, dispone un segundo pasillo central que aprovecha la traza de las principales plazas de la ciudad como las de San Miguel y el Parchís, envuelve Begoña e incluye calles como Uría e, incluso, una parte de la avenida de la Costa en la parte más al este. Su propuesta, según remarca, suprime la posibilidad de movimientos longitudinales a lo largo de los grandes corredores peatonales en la costa y en el centro urbano. En cambio, sí sería posible llegar en el coche al mismo frente marítimo desde la periferia, que se situaría en torno a avenidas como las de Pablo Iglesias y la de El Llano.

Rueda plantea en lugar de conexiones horizontales, siguiendo la línea del mar, otras perpendiculares o verticales. El tráfico de paso no podrá atravesar el Muro, explica, porque se definiría un sistema de sentidos de circulación que crearía «un bucle» por el cual el conductor siempre sale por detrás de la calle por donde ha entrado. Sí podría haber, en cambio, carril bici longitudinal para disfrute de la ciudadanía. «Con estas medidas se podría regenerar todo ese tejido en torno al Muro que ahora esta cercenado por una barrera vehicular que constriñe, complementándolo con programas de vivienda en alquiler para incorporar a gente joven a la ecuación», anota. «Se conseguiría un espacio atractivo de primer orden y el desarrollo económico de todo ese área se multiplicaría por mucho», asevera el ecológo urbano ilerdense.

A propósito de este modelo de 'supermanzanas', fuentes de la Concejalía de Movilidad indicaron que «ni nos parece ni nos deja de parecer y no vamos a valorar cada una de las propuestas que hicieron los expertos». Lo que sí hicieron fue interpelar con sorna al portavoz de Foro, Jesús Martínez Salvador, «si sigue exigiendo al gobierno local que escuche a los expertos».

La plataforma Stop Muro, que sigue reclamando vía judicial los expedientes de la obra del 'cascayu', arremetió ayer contar el equipo de gobierno, al que acusó de «malgastar el dinero que no es de nadie reuniendo a un grupo de invitados radicalmente favorables a las peatonalizaciones, que desconocen nuestra ciudad y sus infraestructuras, desoyendo a especialistas y expertos profesionales gijoneses, ingenieros y arquitectos -auténtico Sanedrín local-, que se declararon abiertamente por la apertura del tráfico en el Muro».

Jesús Martínez Salvador (Foro) criticó que «la ordenanza de Movilidad sigue marginando a los gijoneses que solo tienen un vehículo sin pegatina, ya que no podrán circular diariamente ni aparcar en zona azul a partir del 1 de enero de 2026. «Nuestras enmiendas están encaminadas a defender los derechos de más de 50.000 dueños de vehículos que no tienen pegatina», expuso.

Ángeles Fernández-Ahúja (PP) también indicó que el acuerdo que satisface a los dueños de vehículos históricos «no soluciona esos problemas».