Fallece Ana Alvargonzález, «una mujer por delante de su tiempo»
Madre del jesuita Kike Figaredo, estuvo casada 60 años con el industrial Alberto Figaredo y Sela, del que enviudó en 2006. Tenía 96 años y 16 nietos
M. M. / R. M.
GIJÓN.
Domingo, 14 de junio 2020, 01:37
Ana María Alvargonzález González, matriarca del clan familiar de los Figaredo Alvargonzález, falleció ayer a los 96 años. Estuvo casada 60 años con el industrial gijonés Alberto Figaredo y Sela, del que había enviudado en 2006. El matrimonio tuvo ocho hijos -siete varones y una mujer- que le dieron 16 nietos. Era madre del jesuita Enrique (Kike) Figaredo, actual obispo de Battambang (Camboya).
En enero, su numerosa familia se reunió en torno a ella para celebrar su último cumpleaños. El prefecto apostólico visitó y se fotografió por última vez con su progenitora el pasado mes de marzo. De ella reconocía ayer admirar «su actitud ante la vida; es lo que más me ha marcado. Tenía una fuerza impresionante, era alegre y amable e inundaba a todos con eso y su saber disfrutar de las pequeñas cosas».
El jesuita reconoce entre las improntas que ha recibido de su madre la facilidad para «crear hogar, que a su alrededor hubiera siempre una atmósfera agradable y positiva donde ella siempre sabía estar como había que estar, y conseguía que los demás se sintieran acogidos».
El tercer rasgo que destaca de la progenitora es una inteligencia delicada: «Ninguno de sus hijos es tan listo como ella; era una líder con sentido práctico, que sabía hablar muy bien, leía mucho». La de Ana Alvargonzález era una astucia que se manifestaba en las palabras «y también en sus silencios; sabía cuándo tenía que hablar y cuándo no y eso es una inteligencia muy especial». Sus hijos, entiende el obispo de Battambang, reproducen ese legado «de una manera parcial».
La matriarca también inculcó en Kike Figaredo un tipo de religiosidad. «Mamá fue por delante de su tiempo, no era persona de normas como la gente educada en su época, sabía vivir el misterio de Dios en las preguntas, no solo en las respuestas», evoca. «Tenía la inteligencia religiosa de preguntarse muchas cosas y valorar lo importante». Recibirá cristiana sepultura en la intimidad familiar y el funeral será comunicado en su momento.
