Fallece un hostelero de 52 años al caer con su cuadriciclo por el puente de Sierra del Sueve

Jaime Castro, conocido hostelero de 52 años que regentaba la sidrería vinatería Jaime en la esquina de la calle La Campona con Torrecerredo, en Nuevo Gijón, falleció el martes a las 11.13 horas víctima de un accidente de tráfico que se produjo en un punto negro de alta siniestralidad viaria en El Polígono de Pumarín. El fallecido circulaba por la calle Sierra del Sueve con un cuadriciclo ligero (un microcoche que no requiere carné para conducirlo) y, por causas que aún se desconocen, se salió de la vía y cayó a la calle Puerto Vegarada. En el operativo intervinieron Policía Local y Bomberos, que debieron excarcelar al cadáver del conductor.

El cuadriciclo que conducía Jaime Castro, después de precipitarse desde la altura del puente, acabó del revés y completamente aplastado por el brutal impacto.

De origen gallego, aunque criado desde niño en Gijón, aprendió la profesión de estar detrás de la barra de su padre, que regentó una sidrería en Eleuterio Quintanilla.

Antes de abrir el actual establecimiento de Nuevo Gijón en junio de 2017, hace siete años, trabajó bastante tiempo en la sidrería La Pipa, en la avenida de Galicia. En la carta de su sidrería vinatería se podía degustar comida casera rica en un ambiente familiar con una carta con guiños a la gastronomía gallega como el caldo y el pulpo, pero donde eran apuestas seguras platos como los callos, la oreja y el rabo de toro.

Manuel Cañete, presidente vecinal de El Polígono, manifestó su pesar por el fallecimiento de Jaime Castro y afirmó que el desenlace fatal «se podría haber evitado» si se hubiera actuado antes en este punto negro de la circulación gijonesa. «Hemos dicho tantas veces que esa es una zona peligrosísima... Mucha gente conoce lo que ocurre en ese puente, en esa bajada, que además tiene un diseño de peralte en la curva mal hecho. No es necesario ir rápido para que estas cosas ocurran», expone. «Es una carretera de mucho uso, tiene desgaste y ahí se suele acumular mucho aceite y gasoil de los coches y se convierte en una pista de patinaje en cuanto caen cuatro gotas. Ahí han caído ya cuatro o cinco coches a lo largo de estos años», remarca Cañete, quien espera que este fatídico accidente sirva para que las autoridades competentes adopten medidas de forma urgente.

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