La familia denuncia por omisión de socorro al hombre que huyó antes del crimen de Lorena Dacuña

El individuo, G. R. M., de nacionalidad portuguesa, fue identificado días después de que el cadáver de la víctima fue hallado, cosido a puñaladas, en el interior de su vivienda de la calle Callao. Él mismo manifestó a los encargados de la investigación que conoció a la mujer, de 41 años, días antes, cuando ambos estaban con unos amigos de copas por el barrio, y que esa noche la acompañó a casa. Fue al entrar cuando, según el relato de los hechos, el exnovio de ella, José Manuel Sánchez Merino, les estaba esperando con un cuchillo en la mano. El testigo se fue corriendo y no llamó a la Policía. Tampoco cuando, dos días después, fue hallado el cuerpo sin vida y salió a la luz pública, alertó a las fuerzas de seguridad de que había presenciado.

Fue más tarde, cuando supo que le buscaban, cuando se personó en la Comisaría. «Fuimos a casa y cuando íbamos a entrar apareció él. Nos empujó y los dos caímos al suelo. Luego empezó a golpearla», relató ante los investigadores.

El sospechoso del crimen, el excompañero sentimental de Lorena, fue detenido días después de episodio violento que acabó con la vida de la mujer, con quien había roto su relación hacía meses.

Para el entorno de la víctima, que ejerce la acusación particular de manos de la abogada Salomé Miranda, el testigo tendría una responsabilidad sobre lo ocurrido. «Si hubiese llamado a la Policía Lorena podría ahora estar viva», argumentan.

El procedimiento iniciado contra él deberá ser paralelo a la instrucción de la que está acusado José Manuel Sánchez, que aguarda en la cárcel de León el avance de la investigación judicial y la celebración del juicio. G. R. M. declaró de forma voluntaria ante la Policía Nacional y no fue detenido.