Medalla de oro del colegio de Abogados de Gijón
El Colegio de Abogados de Gijón le concede la medalla de oro
El Colegio de la Abogacía de Gijón entregará en su fiesta patronal de Covadonga las insignias de oro por sus 50 años de colegiación a ... los abogados gijoneses Fernando de Silva y Manuel Meana, por medio siglo de ejercicio de la profesión y también por su «intachable conducta». Ambos forman parte de una generación de letrados que han transicionado con el paso a la Democracia y han marcado el camino para los siguientes.
Fernando de Silva pertenece a una estirpe de abogados iniciada por su padre. Él y su hermano Pedro (expresidente del Principado) fueron la segunda generación de una saga que ahora continúa su hija. «No me imaginé ser otra cosa en la vida, fue un cauce natural», dice a sus 73 años y aún en activo.
–¿Cómo recibe el reconocimiento del Colegio?
–Con satisfacción por comprobar que aguanté 50 años en el ejercicio de mi trabajo.
–¿Qué ve si echa la vista atrás?
–Que la abogacía ha cambiado mucho durante estos años, en parte a mejor y en parte a peor.
–En la vertiente positiva...
–Hay más garantías procesales, lo que facilita el trabajo. Una de la grandes mejoras fue la grabación de los juicios, supuso un salto cualitativo. La vertiente negativa es que la profesión se ha masificado en exceso y muchas veces se valora muy poco por parte de la sociedad. Hay poco respeto profesional y muchos clientes se dejan aconsejar poco, están más guiados por información externa.
–¿Qué opina de la huelga de jueces? Uno de los motivos de protesta es la injerencia de los políticos.
–No hay ninguna injerencia. Esta huelga tiene un componente político claro y que no es otro que evitar que se acabe con los privilegios de clase que tienen muchos jueces en este país. La mayoría de jueces la secunda porque son conservadores y porque de alguna manera se ha formado una estructura judicial formada por familias y con ciertos privilegios que ha evitado que se democratice el acceso a las oposiciones. Precisamente lo que quiere el Ministerio de Justicia es democratizarlo y por eso se oponen.
–Usted pertenece a una familia de abogados.
–Mi padre era abogado y todos los días nos contaba algún juicio a la hora comer. Nunca tuve ninguna duda de que iba a ser abogado.
–¿Se arrepintió?
–No me arrepentí, pero sí que me disgusta ver que la Justicia no funciona como debería funcionar.
–Explíquese.
–La Justicia es lentísima. No tiene explicación que un asunto tarde en tramitarse seis años y muchas veces a los investigados se les trata sin el respeto debido. Y además las ausencias de los fiscales en las instrucciones es habitual.
–Viaja usted por los cinco continentes. ¿Alguno próximamente?
–En noviembre me marcho al norte de Kenia a visitar las tribus del lago Turkana.
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