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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Domingo, 24 de junio 2018, 02:34
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Tras un invierno duro y una primavera fría y lluviosa, Gijón llegaba a San Juan con más ganas de romería veraniega que nunca. Ayer casi se podía atravesar la ciudad de una punta a la otra yendo de fiesta en fiesta. Fueron Viesques, Contrueces, Cimavilla, Mareo y Tremañes los encargados de abrir la veda a un estío que se anticipa intenso, con decenas de verbenas en los distintos barrios y parroquias.
A pesar de que para muchos la noche del viernes ya se alargó bastante, ayer los más madrugadores fueron los vecinos de Viesques. Comenzaron a las once de la mañana con torneos deportivos, siguieron con una exhibición del colectivo artístico BangoArt y después degustaron la gran paellada, dispuestos a coger fuerzas para una animada tarde que continuó con la entrega del bollo y culminó a las tantas de la madrugada con la actuación de la orquesta Assia.
En Tremañes, a mediodía ya estaba en marcha el torneo de balonmano. Al caer la tarde, más de doscientos vecinos se sentaron a disfrutar de la gran sardinada, que 'bajaron' rápidamente al ritmo de Dj Blinca y en la posterior danza prima. Contrueces, por su parte, fue más de cordero, como demuestran los casi cien kilos de carne que asaron. Sus fiestas están más que consolidadas y el prau se les está quedando pequeño para albergar los concurridos juegos infantiles y la verbena, que este año amenizó el Grupo Da Silva. La música del desfile batucada marcó el ritmo de las fiestas de Cimavilla, que contaron también con los conciertos de Havanna Blue y Los Testigos. Y de folixa en folixa, Mareo bailó toda la noche con Discoastur y Panorama.
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