Devoción y tradición se dan la mano para celebrar Santa Ana a lo grande en Granda
La parroquia celebró la alborada, la subasta del ramu y una Nueche Celta protagonizada por el folclore de Trebeyu y la música celta de Beeswing
Día grande en Granda, en Gijón, para celebrar Santa Ana en una jornada cargada de tradición, emoción y comunidad. Tras cinco días ... de fiestas patronales en las que no han faltado música, gastronomía, convivencia y diversión, los vecinos de la parroquia se vistieron ayer de gala para empezar el día con una alborada en la que recorrieron el pueblo a ritmo de gaita y tambor.
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Después tuvo lugar la misa de acción de gracias, seguida de la ofrenda del ramo y procesión. Pero si hay un momento especialmente esperado por todos los vecinos, ese es sin duda la subasta del ramo, una costumbre muy arraigada y con identidad propia en la parroquia. A diferencia de otras localidades, en Granda el ramo no se subasta como un solo objeto, sino que se compone de múltiples productos aportados por vecinos, colaboradores y amigos: desde «patatas, tomates o sidra casera, hasta dulces tradicionales e incluso objetos artesanales como una pieza de talla realizada por un taller local», explicó Gloria, una de las vecinas. Todo ello se agrupa en lotes variados, y cada uno sale a puja con un precio base.
Algunos productos despiertan auténtica devoción, como los mazapanes caseros de una vecina —que, según cuentan con orgullo, «ríete tú de los mazapanes de Toledo»—, o los canutillos, que tienen ya su propia legión de seguidores que cada año compiten por llevárselos.
Broche internacional
Ya de tarde, tuvo lugar el taller de baile tradicional en el que mayores y pequeños aprovecharon para calentar motores de cara a la celebración de la tradicional Nueche Celta, una velada mágica que ayer cumplió 26 años y llenó el prau de música, raíces y emociones compartidas. El grupo folklórico Trebeyu abrió la noche con sus danzas tradicionales, seguidos por la fuerza y la frescura de Herbamora, que hizo vibrar al público con su propuesta folk asturiano. Continuaron los ritmos ancestrales de los Pandereteros d'Anguañu y, como broche internacional, los irlandeses Beeswing tejieron puentes entre Asturias e Irlanda con su música celta, logrando una conexión única con el público. Una noche para el recuerdo, donde la tradición y la música se unieron bajo las estrellas.
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