«Ya no ves gente paseando por el barrio»

Nuevo Roces es uno de los barrios más jóvenes de Gijón. Dicen sus vecinos que hasta hace poco tiempo era una especie de zona dormitorio porque apenas había servicios ni comercios. Pero todo fue cambiando y, poco a poco, se creó un eje comercial en la avenida principal. Allí, peluquería, librería, quiosco, negocios hosteleros, clínica veterinaria... han propiciado una convivencia vecinal de la que hablan con orgullo. Pero la pandemia les ha echado por tierra todo eso que habían construido.

Mirella Patiño quiso llevar la literatura al barrio y hace cinco años se animó a montar la librería papelería Te Gusta Leer. «En estos momentos sientes que pierdes más que ganas porque aunque esté abierta, el mundo de los libros son 'muchos pocos', mientras que en otros sectores son 'pocos muchos' y notas que no hay gente en la calle».

Unos metros más allá, Covadonga Antuña habla de lo duros que son estos momentos. Hace siete años, junto a su marido Alejandro abrió el quiosco Caracol Quiscol. «Fueron unos comienzos difíciles, pero ya hay más vida en el barrio y estábamos muy asentados». Pese a que sus puertas se mantienen abiertas, recuerda que «la hostelería está cerrada y ella es una de nuestros grandes clientes para los periódicos.Tampoco la gente sale mucho, con lo cual los niños no toman chucherías».

Cuando aterrizó en Nuevo Roces, el londinense Pablo García pensó que una academia de inglés sería una buena oportunidad. El amor le trajo a la ciudad y las perspectivas laborales anunciaban muy buenos augurios. «Estoy al 70% de como me encontraba el año pasado». Y de los cambios de sus vecinos sabe mucho Iván Duarte, agente de seguros que, con experiencia en el ramo, abrió su propia oficina en julio. «Hay seguros imprescindibles, pero en lugar de autos y hogar, la gente me pide seguros de salud». La veterinaria Luján Rea acaba de asentarse en el barrio. Abrió su clínica mixta el 28 de agosto. También ofrece un hotel para gatos, «pero la gente no viaja y no deja a sus mascotas». Mientras, Lucía Rodríguez pone el toque de belleza a sus clientas desde su centro DepilArte, pero «hay una bajada de clientes por el virus y los problemas económicos». Tampoco se pueden ir a tomar un café con sus amigos de Casa Valdorta Nuevo Roces y Cafetería 20 Pa'ka. Sus responsables, Yovka Nikolova y Elvira García, ansían tiempos mejores.