Dulces y pasteles en La Inmaculada de Gijón para ayudar a un bosque escuela de Ecuador
El colegio celebra una merienda solidaria para mejorar la calidad educativa de 179 alumnos del centro sudamericano de la compañía
Solidaridad. Esa es la premisa bajo la que está versando la Semana Ignaciana del colegio de La Inmaculada, donde se homenajea al fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio Loyola. El miércoles todos los alumnos del centro educativo, desde primero de Infantil hasta segundo de Bachillerato, corrieron por una buena causa: la de ayudar a sus compañeros del centro del colegio Sagrado Corazón de Jesús en la provincia de Esmeraldas, Ecuador, uno de los proyectos de la ONG Entreculturas. Hoy, han vuelto a organizar un acto para la mencionada causa. En esta ocasión, ha sido una merienda solidaria organizada por la asociación de padres del centro.
Para apoyar la iniciativa, a parte de los padres, numerosas confiterías, pastelerías, panaderías y obradores de Gijón colaboraron donando sus dulces, pasteles y demás postres. Además, durante toda la tarde, el autobús de la Asociación de Donantes de Sangre de Gijón se colocó en la entrada principal del colegio.
Toda la recaudación de la merienda ha sido destinada íntegramente será destinada a impulsar el bosque escuela 'El Sade' de sus compañeros del centro que la compañía tiene en el país sudamericano, un proyecto que nace para mejorar su calidad educativa. «Hay muy buena respuesta por parte de las familias, incluso se acercan antiguos alumnos», afirmó Ana García Borrego, responsable de la ONG Entreculturas.
Con este proyecto, se espera que 179 alumnos mejoren su motivación, integración y compromiso con la escuela gracias a esta nueva metodología pedagógica con la que se mejora las capacidades de comprensión y aprecio por la naturaleza de los alumnos.
Los bosques escuela, a los que también se les conoce como aulas al aire libre, son entornos educativos en los que se utilizan áreas boscosas o espacios naturales como una extensión de las aulas tradicionales. De esta manera, la propia naturaleza se convierte en un maestro. Permiten que el alumno explore la biodiversidad,
Además, también fomentan el aprendizaje experiencial, donde los estudiantes interactúan directamente con el entorno, lo que les brinda oportunidades únicas para desarrollar habilidades críticas, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y la colaboración.
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