Gijón cumplió en 2024 la regla de gasto y podrá destinar a inversiones al menos 14 millones del remanente

Según las conclusiones del informe, a las que ha tenido acceso EL COMERCIO, la liquidación del ejercicio presupuestario de 2024 refleja una «capacidad de financiación» –la diferencia entre ingresos corrientes y gastos corrientes, dejando al margen el dinero incorporado a través de préstamos y otras vías de endeudamiento– de 19.426.658,95 euros.

Además se ha cumplido la denominada «regla de gasto», dado que el incremento con respecto al año anterior del gasto que computa para el cálculo de esta cifra «no supera la tasa de crecimiento medio de la economía». Es decir, el aumento en relación al gasto de 2023 fue inferior al 2,6% que permitían como máximo las normas de estabilidad financiera vigentes. En lo que respecta a la tercera variable que tiene en cuenta esta ley, el «límite de deuda», el informe de la Intervención municipal señala que «se sitúa por debajo de los máximos permitidos por la ley».

El documento añade que, en aplicación del artículo 32 de la normativa de sostenibilidad, este superávit presupuestario «deberá destinarse a reducir deuda en 2025, siempre con el límite del volumen de endeudamiento». Esa reducción de la deuda deberá llevarse a cabo antes de la finalización de este ejerccio presupuestario. Y hasta el momento en el que se realice, se deberá reservar «la cuantía necesaria» para ello dentro del remanente líquido de tesorería para gastos generales, que es el dinero sobrante de la ejecución presupuestaria del año pasado.

La liquidación de las cuentas municipales de 2024 dejó un remanente de 34.715.710 euros, con los que el Ayuntamiento podrá financiar las modificaciones presupuestarias que apruebe a lo largo del año en curso. De acuerdo con el informe de estabilidad, esto significa que podrán destinarse a inversiones al menos 14 millones de euros, si bien el Ayuntamiento confía en que esa cantidad pueda verse incrementada, añadiendo inversiones de las calificadas como «financieramente sostenibles».

De esta última categoría quedan excluidas las inversiones que tengan una vida útil inferior a cinco años (como la compra de mobiliario y enseres). Para lograr esa consideración de «financieramente sostenibles», además, debe tratarse de actuaciones que permitan seguir dando cumplimiento a los objetivos de estabilidad durante «su ejecución, mantenimiento y liquidación». En este sentido, según recoge la Ley de Haciendas Locales, «se valorará, el gasto de mantenimiento, los posibles ingresos o la reducción de gastos que genere la inversión durante toda su vida útil».