Gijón homenajea a los deportados durante la Guerra Civil: «Les debíamos este recuerdo»

Gijón homenajea a los exiliados políticos que, con motivo de la Guerra Civil, se vieron obligados a abandonar su país, viajar a Francia y finalmente fueron enviados a un campo de concentración nazi. Ahora, desde el Ayuntamiento, la instalación de 34 placas en su memoria recuerda a esos deportados gijoneses que lucharon por la libertad y la democracia.

El recuerdo a sus vivencias, «con todo el horror que eso supone» -tal como ha señalado a concejala de Memoria Histórica, Salomé Díaz-, queda plasmado con una placa en la vía urbana cercana al lugar donde nacieron o residieron estas personas, una práctica conocida por el término alemán de 'stolperstein'. 31 de estas placas ya están instaladas.

«Les debíamos este recuerdo», ha sostenido la concejala durante el homenaje celebrado este viernes. Díaz ha resaltado el ejemplo que suponen estas historias porque «cualquier persona normal, de cualquier barrio, puede terminar en un campo de concentración ante el fascismo, la ultraderecha y el autoritarismo», advierte. La edil ha apuntado sobre estas personas que algunas lograron sobrevivir, pero otras no tuvieron esa suerte y fueron asesinadas o murieron al poco tiempo por las condiciones que sufrían de trabajos forzados y el hambre.

Asimismo, este viernes se ha rendido homenaje delante de la primera de estas placas, instalada en la plaza de los Remedios, en el barrio histórico de Cimavilla, en memoria de José Jarrín López, nacido en 1903, exiliado a Francia y deportado en 1940 al campo de concentración de Mathausen. Fue asesinado por los nazis el 10 de diciembre e 1941, tal como reza su placa.

Precisamente un nieto de Jarrín López ha participado en el homenaje. Este ha animado a dejar un planeta «mejor y cohesionado» a las próximas generaciones. «No creo que el camino que estamos recorriendo nos lleve en esa dirección», ha lamentado, en declaraciones a los medios de comunicación.

Ha elogiado de su abuelo, que batalló contra los ataques a la libertad y contra la represión. No obstante, ha incidido en que, pese a los años que han pasado, no parece que la situación haya cambiado mucho, salvo que ahora la libertad no se defiende con balas, según ha dicho.

«Marcó la vida de todos nosotros», ha destacado de su abuelo, y en honor de él ha invitado a dejar las inclinaciones políticas de lado cuando se hace defensa de la libertad. Ha querido rendir homenaje también a su abuela, quien tuvo que sacar adelante sola a tres hijos menores de cinco años «en circunstancias tan difíciles y adversas».

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