Gijón pone en marcha los controles de calidad de las aguas para la temporada de verano
Cuatro voluntarios de Cruz Roja recogen cada lunes muestras en doce puntos para su posterior análisis en laboratorio en busca de materia fecal
Dos horas en la mar para comprobar que la calidad de las aguas en las que nos bañamos es apta para ello. Es la labor ... que cuatro voluntarios de Cruz Roja del Mar realizan cada lunes en un recorrido frente a las playas gijonesas que están dentro del programa de control oficial de las zonas de baño del Principado para analizar si presentan contaminación fecal. Aunque esta materia es competencia del Gobierno autonómico, Gijón es el único concejo que tiene un convenio específico que le permite realizar estos análisis «de manera más exhaustiva» a través de la Concejalía de Medio Ambiente.
Por eso, en lugar de hacerlo cada quince días, como marca el programa del Principado, los voluntarios de Cruz Roja del Mar salen todos los lunes durante la temporada de baños –que este año comenzó el 6 de mayo y se extenderá hasta el 14 de octubre– para realizar una recogida de doce muestras de 200 mililitros de agua en ocho playas: dos en Poniente, dos en El Arbeyal, tres en San Lorenzo, una en la ría de los Vagones y otra en El Rinconín, Peñarrubia, Serín y Estaño.
Una vez completado el muestreo, el siguiente paso es analizar el agua en el laboratorio. Pero para llevar un control exhaustivo de la calidad no basta con tener en cuenta los parámetros microbiológicos (que son los que se examinan en al microscopio), sino que hay que atender también a los parámetros físico-químicos y meteorológicos, que se comprueban precisamente durante la toma de muestras. «Los parámetros físico-químicos son la temperatura del agua, el color, si hay aceites minerales, sustancias tensoactivas, transparencias, materias flotantes o algas en descomposición, mientras que los meteorológicos son la marea, el estado de la mar, si ha llovido el día anterior a la recogida de la muestra y si llueve el día del muestreo», explica Beatriz, encargada de analizar el agua en el laboratorio.
Allí hacen un recuento de 'escherichia coli' y enterococos intestinales, ambas bacterias fecales. «El límite para 'escherichia coli' son 500 unidades formadoras de colonias (UFC) por cada cien mililitros de agua, mientras que para los enterococos son 200. Si las superan, hay que hacer un análisis de confirmación», señala. Si ese segundo control de contraste también supera los límites, es cuando «se abre una incidencia por contaminación de corta duración».
Buenos resultados
Desde que empezó la temporada de baños hasta ahora «está dando bien», afirma el concejal de Medio Ambiente, Rodrigo Pintueles. Y así lo demuestran los resultados del muestreo del pasado lunes: todas las muestras recogidas han resultado aptas para el baño. Solo en el primer análisis, el 6 de mayo, dio ligeramente mal en la zona de la escalera 12 porque «coincidió con que unos fines de semana atrás hubo bastante lluvia, pero cuando se repitió la analítica ya volvía a estar dentro de los valores normales».
Una red de pesca se engancha en el motor de la embarcación
Una red de pesca sin baliza tirada en el mar. Fue la sorpresa que se encontraron al iniciar la travesía los cuatro tripulantes de la embarcación de Cruz Roja del Mar en su última salida para la recogida de muestras, a la que les acompañó EL COMERCIO. Afortunadamente, los dos motores de su embarcación cuentan con sensores que detectan cualquier objeto que se pueda haber enganchado, por lo que no hubo que lamentar ninguna avería. «Pero eso lo pilla cualquier otro motor y hay que salir a buscar la embarcación», advierten los voluntarios de Cruz Roja. En un primer momento trataron de cortar la red con un cuchillo para separarla de las hélices del motor, pero no era tarea fácil y acabó enredándose más. Fue entonces cuando uno de los voluntarios optó por tirarse al mar y, con la ayuda de sus compañeros, en 15 minutos logró desenganchar la red, que tenía dentro un pez cabra.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión