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Hosteleros concentrados en la plaza Mayor de Gijón.

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Hosteleros concentrados en la plaza Mayor de Gijón. dAMIÁN aRIENZA

Más de mil personas gritan en Gijón: «Todos somos hostelería»

Señalan que «se está metiendo miedo a la población. Se le dice que no salgan de casa y eso significa que no vienen al bar. Pero tampoco compran en la tienda o van a la peluquería» | «Solo cabe ponerse en su piel», dice la alcaldesa de Gijón

chelo tuya / susana tejedor / natalia vivar

Miércoles, 28 de octubre 2020

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No hubo manifestación. Hubo «paseo individual» de más de mil personas. Llegadas desde La Calzada, Cerillero, Jove, Tremañes, El Natahoyo, Moreda, Pumarín, El Llano, Roces, Nuevo Gijón, Polígono de Pumarín, Laviada, El Coto, Viesques, Bibio, La Arena, desde el mismo centro e, incluso, desde Vega-La Camocha. Aunque los empresarios de esa parroquia no pudieron traspasar las fronteras del cierre perimetral sanitario que impide salir o entrar desde diferentes distritos de Gijón sin permiso justificado, su pancarta, la que deja claro que La Camocha tampoco se rinde, estuvo en la plaza Mayor.

Allí culminó la 'no manifestación' que sustituyó a la oficialmente convocada por hosteleros y comerciantes de La Calzada, a la que se unió el tejido empresarial de toda la ciudad. Pese a la prohibición in extremis de la marcha desde Delegación del Gobierno, con un correo electrónico enviado 16 horas antes de la protesta, en el que revocaba el permiso original y limitaba a 175 personas la posibilidad de concentrarse ante el Consistorio, lo cierto es que la protesta se llevó a cabo igual. O parecido.

Los manifestantes 'pasearon' desde sus barrios de origen por la acera, con carteles individuales y acompañados por decenas de vehículos de diferentes distribuidoras de bebidas y comidas, así como comerciales del sector, y taxistas.

Pitidos, vuvuzelas y aplausos, muchos, cada vez que los paseantes se encontraban con un negocio cerrado (peluquerías, estancos, comercio de moda, zapaterías) o con un bar (la mayoría) con la persiana bajada. Atronador fue el que recibió las puertas cerradas de varios establecimientos del Grupo Gavia, el principal emporio hostelero de la región. Aplausos, también, cuando eran los vecinos los que les aclamaban desde la ventana al grito de 'Todos somos hostelería' o 'El virus no está en el bar'.

La comitiva, dividida en dos marchas, la procedente de La Calzada y la que nació en El Coto, se encontró en la escalera 15 de El Muro, desde donde se inició una cadena humana. Al final, el volumen de participantes era tan alto que la cadena se duplicó: unos apoyados en la barandilla y otros en el borde de la carretera. Cuando estaba a punto de culminar la protesta, llamada al móvil del organizador: la alcaldesa va a bajar a la plaza Mayor. Y todos disparados hacia allí.

La regidora socialista, Ana González, se reunió en los soportales de la Casa Consistorial con el dos de los portavoces, Roberto López (impulsor) y Jacobo Méndez. Ellos le hicieron entrega del manifesto en el que reivindican «simplemente, que nos dejen trabajar. Que la hostelería no es el virus. Es un sector que cumple con las medidas, que ha invertido mucho en proteger a sus locales y a sus clientes y, sin embargo, está siendo perseguido».

Ambos señalaron los problemas que sufre el sector y que son comunes al resto de negocios regidos por autónomos. «No hemos tenido ayudas, salvo la de 400 (para algunos 600) euros durante el confinamiento. El resto de los gastos se han mantenido: la renta o hipoteca, la conexión a internet, el canon del fútbol... Solo por ese hemos pagado 900 euros en tres meses en los que nuestros locales estuvieron cerrados». En la actualidad, señalan que «se está metiendo miedo a la población. Se le dice que no salgan de casa y eso significa que no vienen al bar. Pero tampoco compran en la tienda o van a la peluquería», argumentaron.

Sobre la posibilidad de solicitar un decreto de cese de actividad, como sí plantean los establecimientos turísticos, los hosteleros son claros: «cerrar ahora significaría no volver a abrir», ya que dudan de que existan «realmente ayudas para paliar ese cierre».

Vídeo. La marcha por Gijón finalizó con una cadena humana en el paseo de El Muro. Foto: J. C. Tuero / Vídeo: canal 10

«Hablaré con el consejero de Industria»

Tras reunirse con ellos y recoger su manifiesto, la alcaldesa de Gijón señaló que «lo que hemos visto es la frustación de mucha gente, que lo que quiere es tener la certidumbre de que va a poder trabajar, mantener sus negocios abiertos y ganar un sueldo. Ante todo esto solo cabe ponerse en su piel y pensar que, efectivamente, la situación es difícil.».

En esa línea, coincidió con ellos en «esa rabia, esas dudas si las restricticiones impuestas por la pandemia de la covid te dejarán llevar a final de mes. Entiendo perfectamente que estén en la plaza Mayor».

Ana González defendió que «el Ayuntamiento de Gijón les está ayudando» y enumeró un listado que incluye «la supresión de la tasa de terrazas», así como de «agua y basura», además de «ayudas directas del plan Gijón Reinicia, con cinco millones de euros para el pequeño comercio y la hostelería. Esperamos pagar las primeras a finales de mes de las 2.500 solicitudes recibidas», pero también dejó claro que «otra cosa es que si solo esas ayudas deben llegar del ayuntamiento».

Por ese motivo, anunció que trasladará «el manifiesto que me han hecho llegar, que he leído rápidamente, al consejero de Industria».

Un anuncio aplaudido por los afectados que, no obstante, tienen claro que tras el éxito de la convocatoria frustrada de hoy «volveremos a solicitar permiso para manifestarnos».

De momento, plantean ya «protestas simultáneas en toda la región». Sobre la mesa, incluso, ir más allá: «La próxima marcha, a Madrid. Si lo hicieron los mineros, nosotros, también».

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