Gijón rinde tributo con sus distinciones a cinco trayectorias «de excelencia y amor a la ciudad»

Y es que, por segundo año, el acto de concesión de los máximos honores de la ciudad quedó desprovisto de su pompa tradicional. Sin alguaciles vestidos de maceros, sin invitados, con casi tres cuartas partes de los concejales participando por videoconferencia... Incluso los galardonados tuvieron que seguir la sesión a través de un televisor instalado en el salón de recepciones, aunque sí accedieron por turnos al de plenos para estar presentes cuando se aprobaban sus respectivas distinciones.

Dentro de once días, «la situación de la pandemia sí nos permitirá volver a poner en escena esta ceremonia de agradecimiento ciudadano de la forma en que nuestras Medallas y nuestro nuevo Hijo Adoptivo merecen», celebró la alcaldesa en referencia al acto de entrega que tendrá lugar el día de San Pedro en el Teatro Jovellanos, y en el que también se hará lo propio con los galardonados de 2020 (Francisco Prendes Quirós y Luis Sepúlveda como hijos Predilecto y Adoptivo a título póstumo; Una Ciudad para Todos como Medalla de Oro; y José Antonio Rodríguez Canal, Raúl Entrerríos y Adansi como Medallas de Plata).

De los premiados ayer, Ana González destacó «su amor y lealtad hacia Gijón y su afán constante por aportar al bien de su ciudadanía, desde distintos ámbitos de actividad, la tenacidad, el trabajo, la sensibilidad hacia lo colectivo, el arraigo activo, la solidaridad y el respeto por el saber y la voluntad de compartirlo». Aseguró que «sus méritos son el mejor espejo en el que reconocer las virtudes cívicas que deseamos que nos definan como comunidad» e indicó, en definitiva, que todos ellos «han destacado en su excelencia como conciudadanos a lo largo de sus respectivas trayectorias».

La propia alcaldesa fue la encargada de leer la glosa del empresario Antonio Suárez, Hijo Adoptivo de Gijón. «Ha levantado uno de los conglomerados pesqueros más importantes a escala mundial, que da trabajo a cuatro millares de empleados. Haber estudiado en el Real Instituto Jovellanos dejó huella en él y una prueba agradecida para con esta ciudad han sido sus encargos de construcción de buques atuneros a los astilleros de Armón, asegurando en momentos críticos la supervivencia de esa actividad casi desaparecida de nuestro litoral», destacó Ana González. Aunque nació en Sobrescobio, «en realidad ya era y siempre será gijonés, pero esta declaración de hijo Adoptivo viene a ser un documento de gratitud profundo de sus vecinos de Gijón». Suárez estuvo representado ayer por su pariente y cónsul honorario de México Jesús Gutiérrez, aunque sí viajará a Gijón para el acto del día de San Pedro, desveló.

La Medalla de Oro de la ciudad a título póstumo fue para Xosé Bolado, fallecido hace menos de un mes. «Destacó como docente, poeta, divulgador de la poesía, estudioso, activista cultural y defensor de la llingua asturiana», se destacó entre sus méritos, con un capítulo especial para su trabajo en torno a la obra y figura de Rosario Acuña, incluido un extenso fondo documental que cedió a la ciudad «como último gran gesto de generosidad». Los aplausos los recogió en su nombre su compañera, Emilia Vázquez.

Al Unión Club Ceares, Medalla de Plata, se le reconoció su implicación con el barrio en el que nació hace ya 75 años, su papel como «motor de los mejores valores deportivos y sociales» con proyectos como la escuela de fútbol mixto, su militancia «contra el sexismo, el racismo y la homofobia» y su implicación en «iniciativas solidarias y culturales». Por supuesto, también sus éxitos deportivos, incluido su reciente ascenso a Segunda RFEF, «un hito para un equipo del llamado 'fútbol modesto'».

El Centro Integrado de Formación Profesional del Mar también recibió una Medalla de Plata de la ciudad «en reconocimiento a una tarea de casi seis décadas que conecta con la esencia marinera de nuestro pasado, pero también anticipa su aportación fundamental para uno de los sectores de mayor interés estratégico en nuestro futuro, la economía azul». Y de la Sociedad Astronómica Omega se destacaron en la relación de méritos sus 40 años «difundiendo la ciencia de forma amable y práctica, junto a una considerable labor estrictamente científica, con aportaciones a campos como la heliofísica y la astronáutica, convirtiendo Gijón en un foco permanente de actividad en la materia».