El giro de los autobuses es el principal problema que plantea la reducción de un carril en Munuza, en Gijón
La reordenación temporal del tráfico en la zona concluye mañana y el gobierno local tendrá que decidir si acomete la actuación definitiva
A punto de finalizar la prueba que el Ayuntamiento está realizando en el entorno de la calle Munuza para reducir los carriles de circulación y ... ensanchar las aceras, lo que está meridianamente claro es que son los giros de los autobuses desde la calle San Bernardo los que han supuesto el mayor problema a lo largo de estas dos semanas de reordenación temporal. Así lo reconoce Pelayo Barcia, concejal de Tráfico, Movilidad y Transporte Urbano, que en declaraciones a EL COMERCIO, comenta que «el lunes recogeremos todos los separadores y, a partir de ahí, tomaremos una decisión, que podrá ser hacerlo o no o incluso si se decide hacer, mantener esta reordenación con otro tipo de separadores hasta que se hiciera la obra definitiva, que podría ser a finales de año».
Con independencia de lo que decida finalmente el gobierno local, el edil pone en valor la decisión de llevar a cabo este ensayo. «Hasta ahora todas las actuaciones de este tipo, polémicas, se hacían un poco a la brava, con estudios a medida muchas veces y hemos decidido probar», explica. «Hay una concejalía, la de Obras, que trabaja por conseguir aceras más amplias y en Movilidad advertimos de que el objetivo puede estar muy bien pero tener perjuicios», añade. «Lo importante es que la ciudadanía vea que queremos ampliar aceras, pero que también queríamos comprobar las dudas que tenemos», abunda.
Sin hacer un balance antes de que finalice el ensayo, Barcia sí ha detectado que «sobre todo los vecinos de la zona, la gente que pasa por el centro y los comerciantes están contentos, porque ensanchar las aceras es una petición histórica». «En cuanto al tráfico estamos viendo que, evidentemente, hay momentos de congestión, pero que son puntuales y ahora tenemos que saber si se pueden subsanar con regulación semafórica u otras medidas», añade el concejal, que apunta también otro factor a tener en cuenta. «Es importante ser sinceros y tener claro que hemos hecho la prueba en junio y que el momento más complejo sería siempre el mes de agosto, con la Semana Grande», reconoce.
Aún así, Barcia asegura que se ha encontrado de todo entre los grupos afectados. «Desde los que están radicalmente a favor a los que están radicalmente en contra», dice. «Es un asunto muy difícil que nunca nadie se había atrevido a abordar y nosotros lo hemos hecho de la manera más sincera posible», comenta. «Lo importante es que no había nada predefinido más allá de hacer la prueba y ahora veremos en qué queda», zanja.
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