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Inicio de la calle Claudio Alvargonzález, con tráfico de vehículos y señalización. JUAN CARLOS TUERO
Gran confusión en el primer día peatonal de Claudio Alvargonzález

Gran confusión en el primer día peatonal de Claudio Alvargonzález

El tráfico fue el habitual durante la mañana. Los conductores decían desconocer la entrada de la nueva normativa y la policía estuvo informando

SUSANA D. TEJEDOR

gijón.

Martes, 2 de junio 2020, 00:38

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El inicio ayer de la peatonalización de Cimadevilla creó caos y confusión en el barrio. A primera hora de la mañana, los operarios comenzaron a colocar las balizas de señalización pero coches, bicis y motos transitaron de la forma habitual.

En la calle Claudio Alvargonzález dos trabajadores de Emulsa se afanaban desde las ocho de la mañana en quitar señales y sustituirlas por nuevas y borrar la señalización horizontal de la calzada. «Por aquí, no se notaron los cambios en toda la mañana. La circulación es la misma de siempre», aseguraban.

Arriba, en Honesto Batalón, la Policía Municipal vigilaba e informaba de los nuevos accesos a los conductores, aún despistados o desconocedores de la nueva normativa. «Han pasado varios coches que desconocen las nuevas direcciones».

«Las señales dicen una cosa y la norma dicta otra. Son informaciones incompletas que dan pie a la confusión»

Algún vecino protestaba por la nueva ordenación. «Esto va a ser un desastre para este barrio. Los que bajan para el centro por dónde van a tener que ir. La gente no está conforme», aseguraba Custodio Figaredo, un habitual de estas calles.

Cayo Buey, propietario del restaurante Las Ballenas, se preparaba para su apertura después de meses, más preocupado por llenar su local que por la nueva norma, que cree que «nos alternará pero no nos perjudicará».

De igual manera se pronunciaba Isabel García, propietaria de la tradicional Confitería Brisamar. «A muchos les va a beneficiar, aunque hay que cambiar ciertos hábitos».

El cambio afecta a la calle Claudio Alvargonzález y al Tránsito de las Ballenas, que quedarán cerradas al tráfico. En esta última vía se permitirá la salida exclusivamente a los vehículos de residentes, de lunes a viernes, excepto entre las 18 horas y las 2 horas, los fines de semana y los festivos, momentos en los que se prevé una mayor afluencia de personas en los meses de verano.

Cambio de sentido

La calle Honesto Batalón cambia de sentido, y la vía Emilio Muñiz 'El Negro' pasa a tener doble sentido. En principio, estas medidas permanecerán hasta el 30 de septiembre, aunque posiblemente, hayan venido a quedarse para siempre.

Los cambios no han gustado a muchos. Ayer, entre preguntas y despistes, se escucharon también protestas, especialmente, las referidas a la pérdida de aparcamientos.

Sergio Álvarez, presidente de la Asociación de Vecinos Gigia, volvía a insistir en que «este plan de movilidad no es bueno para el barrio. Los residentes ven cómo se limitan sus movimientos».

Álvarez también se refería al «caos del inicio. Las señales dicen una cosa y la norma dicta otra. Son informaciones incompletas que dan pie a la confusión. La señal que pusieron no diferencia los días de la semana, en cambio, en el comunicado que nos enviaron queda, aparentemente, claro».

El presidente vecinal insistía en que «si cortas todo el Muro, ¿por dónde salimos? Y además, ¿qué va a pasar con la cabalgata de Reyes o con las procesiones de Semana Santa?».

La pérdida de plazas de aparcamiento es otra de sus preocupaciones. «Y a todos los que llegan de trabajar les afecta. Estamos a favor de ganar espacio, pero no a cualquier precio. Nos dicen que será una prueba. ¿Cómo se mide si funciona o no?», se preguntan.

Labor informativa

La Concejalía de Movilidad, que lidera Aurelio Martín, insistía en que «se pretende que la Policía lleve cabo una labor informativa», en tanto que reconocen que «la gente está muy despistada» en este arranque. Por ello, aseguran que «se reforzará, además, la información de una forma más llamativa, especialmente durante los primeros días».

Y puntualizan que en el Tránsito de las Ballenas habrá cámaras de vigilancia a las que se atenderá de forma intensa para evitar que, más allá del desconocimiento, se produzcan irregularidades, susceptibles de sanción.

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