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Huerces procesiona por las fiestas de su patrón, San Agustín, con una custodia de otra parroquia de Fernando Velado. FOTOS: JUAN CARLOS ROMÁN

«Hay una gratuitud inmensa a todos los que han ayudado»

El cura Fernando Velado agradece las donaciones a la iglesia de Huerces en su primera misa, la de San Agustín, tras el robo de los objetos litúrgicos

Lunes, 2 de septiembre 2024, 02:00

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«Existe una gratitud inmensa a los sacerdotes que han donado materiales y a la pequeña gente que ha ayudado y dado lo que tenían. Hay muchas personas que han ofrecido lo que han podido». Fernando Velado, párroco de la iglesia de San Martín de Huerces, volvió a celebrar la eucaristía en el templo tras el robo, hace casi dos semanas, de la custodia, los cálices, el botafuimeiro, candelabros y lámparas utilizadas en los actos religiosos.

La misa en honor a San Agustín, patrón de la parroquia, se realizó gracias al material donado por Javier Gómez Cuesta, párroco de San Pedro; a Albino Laurelo, cura de Porceyo, y José Manuel García, sacerdote de la iglesia de San Félix de Candás.

Entre los objetos que se estrenaron en San Martín de Huerces, se pudo ver durante la ceremonia unos candelabros donados por una feligresa. «Los ofreció con humildad, diciendo que eran aparentes pero bonitos, pero es que lo verdaderamente importante es el acto de desprenderse de ello para darlo. Es ese pequeño detalle», resaltó Velado, quien estuvo acompañado por Enrique Fernández, párroco de Peón, durante la ceremonia.

A pesar de que José Manuel García entregó una custodia para reemplazar la robada, no pudo ser utilizada ayer porque «se está restaurando». Por este motivo, Velado utilizó una que se encontraba en otra parroquia –prefiere no decir cuál–. Entre las donaciones, destacó del párroco Javier Gómez Cuesta un cáliz fabricado en un taller de Madrid (Arte Granda) y destacó que «es mucho mejor y de mayor calidad que el que se tenía aquí». Asimismo, dio gracias a Laurelo, con quien le une «una amistad de tiempo», que comenzó cuando Velado le llamó para preguntarle simplemente «cómo estás» tras un problema que Laurelo tuvo hace años. «Me confesó que había sido el único que le había preguntado». Velado fue quien echó en falta en estos momentos ese interés por parte del propio pueblo del que es sacerdote.

«Aún no hay novedades»

Sobre cómo está viviendo estos días, el párroco admitía que «con dificultad». Con el tema más reposado, tan solo podía sentir «mucha gratitud hacia aquellos que han ayudado». Para el sacerdote, lo más grave de la situación fue «la profanación» de las formas religiosas, como fue el caso de la custodia. «Como cura es algo que me da mucha rabia y angustia. Pero, en estos momentos, me he agarrado a la frase 'perdónales, porque no saben lo que hacen'», explicó. Aún todavía «no hay novedades» sobre los objetos robados, señaló.

Pero, al final, siempre acaba saliendo el sol. Y eso fue lo que sucedió ayer. El buen tiempo permitió que se pudiera llevar a cabo la procesión de la custodia tras la eucaristía, realizando un recorrido alrededor de la iglesia. Aún quedan restos del suceso en el templo, donde todavía se pueden observar alguna de las puertas forzadas. Para «evitar males mayores», tras acabar la ceremonia, el párroco recogió todos los objetos utilizados para llevárselos consigo.

Los vecinos de Huerces, por su parte, continuaron la celebración del patrón justo enfrente de la iglesia. Concretamente, en las Antiguas Escuelas, local de la asociación vecinal San Martín de Huerces. Siguiendo con la tradición, hubo un pincheo y luego, corderada, en la que se asaron 48 kilos de cordero para más de sesenta personas.

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