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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Lunes, 20 de mayo 2019, 01:58
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«Mi hija está atemorizada, no se atreve ni a ir al instituto porque cada vez que sale a la calle le pega. No sabemos ya qué hacer ni a quién recurrir, estamos desesperados....». Inmaculada Abarrio, vecina de las Mil Quinientas, en Gijón, asegura estar viviendo una situación «dramática», la más complicada de su vida, sobre todo, por ver a su hija pequeña «sufriendo muchísimo». La culpa, asegura, la tiene una adolescente de trece años «que la ha tomado con ella y no la deja vivir». Tanto es así, dice, que su hija, de la misma edad, lleva dos semanas sin ir al instituto de Montevil donde cursa sus estudios. Tampoco sale de casa. «Cada vez que sale del portal la está esperando para darle...», dice su progenitora angustiada, en un intento de que «alguien haga algo para poder tener una vida normal como la que teníamos antes».
«Las dos iban al mismo instituto, pero el año pasado a la otra niña la expulsaron por su mal comportamiento; en concreto, porque pegó a varias alumnas y también a una profesora, pero da igual, porque como sabe los horarios a la mía la espera en la calle y va a por ella directamente», explica Inmaculada, desesperada por una situación que ya se prolonga un año.
Han interpuesto en total cuatro denuncias en la Comisaría de la Policía Nacional y otra más ante la fiscalía, pero con trece años la presunta agresora es inimputable y está eximida de cualquier responsabilidad penal. «En la Policía y en la Fiscalía de Menores nos han dicho lo mismo, que no pueden hacer nada, solo informar a Servicios Sociales para que abra una investigación y decida si toma alguna medida, pero pasa el tiempo y seguimos igual o peor, porque mi hija ya no aguanta más y va a perder el curso por algo que se podría solucionar». Lo dice Inmaculada Abarrio mientras muestra en el salón de su piso los partes de lesiones y las denuncias interpuestas para acreditar «el auténtico calvario».
La adolescente no solo habría pegado a su hija pequeña, también a la mayor, de 19 años. «La mayor fue a ayudarla y acabó recibiendo una paliza. Esa fue la última vez que pusimos denuncia, pero nada, no sabemos qué tiene que pasar ya para que nos ayuden», añade.
La «niña problemática» vive con su abuela a escasa distancia del portal donde reside la familia denunciante. «Dicen que tiene un problema psiquiátrico, que está a tratamiento y que no pueden con ella, pero lo que no puede ser es que lo estemos pagando personas ajenas. Mi hija no tiene la culpa de que ella no esté bien...», argumenta la madre.
Uno de los episodios más violentos ocurrió el 12 de abril, cuando, según Abarrio, la adolescente «arrastró a la cría varios metros por el pelo». Fue a la salida del instituto y, tal y como señala la progenitora, «llegó a pegar a una profesora que intentó ayudarla. No respeta a nada ni a nadie».
En la zona de las Mil Quinientas la menor denunciada es conocida por su carácter problemático. «Cuando era pequeña ya era difícil, pero cada año que cumple es peor. Como no hagan algo con ella va a acabar mal y con quien la tome va a terminar pasando algo muy serio», afirma una vecina que conoce a la familia de la adolescente.
Servicios Sociales ha abierto una investigación para determinar la situación en la que se encuentra la menor, quien en la actualidad está matriculada en un instituto de Roces. Mientras, la niña supuestamente agredida continúa sin salir de casa por miedo a que, «una vez más, vuelva a llegar a casa con moratones y sin mechones de pelo». «Ya no es solo el dolor físico, es que está completamente atemorizada, desconfía de todo el mundo y le ha cambiado el carácter por todo lo que está sufriendo».
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