Aquiles Tuero | Promotor cultural que será homenajeado mañana en La Pondala
«Hubiera hipotecado hasta el Mar Cantábrico por hacer teatro en Broadway»«Todavía tengo muchas ganas de hacer cosas. Hay mucho que contar y, aunque van pasando los años, ¡la imaginación al poder!»
Aunque Aquiles Tuero (Rovigo-Villaviciosa, 1941) es un maliayo de nacimiento, también es uno de esos gijoneses que han llevado el sentir de la ciudad ... a un nivel muy alto. Tanto, que ni la propia ciudad es consciente de ello. Tuero lo hizo en el mundo de la cultura. Como promotor musical, llegó a cosechar grandes éxitos en la cuna del teatro de Nueva York, en Broadway, pero también en múltiples escenarios de toda América. Ahora, tras 44 años «de pensamiento en las Américas», como él mismo dice, está radicado de vuelta en Asturias y sus amigos le rendirán mañana un cariñoso homenaje con un almuerzo en La Pondala.
–¿Cómo afronta el homenaje que le rendirán sus amigos el martes?
–Los homenajes y las medallas siempre te las dan cuando tienes cierta salida a la entidad pública, a la sociedad. Así ocurrió cuando me dieron una medalla en la Feria de Muestras de 1985. Ahora, esto surge de la sociedad civil, de un grupo de gente que es aficionada a la música, a la cultura. Y en medio de esa inquietud parece que surge la figura de Armando Orbón, que todo el mundo sabe que está ligado conmigo, en nuestras aventuras en Estados Unidos, las universidades o las Naciones Unidas.
«El concepto de Hispanidad no se ha separado nunca de mí, es como un siamés»
–¿Le pareció bien la idea?
–Me dejé seducir fácilmente, porque siempre es agradable que piensen en ti y porque Armando es una persona que tiene un gran conocimiento sobre América y sobre mí. Me dijo que estaban pensando en hacer una comida y se fue apuntando gente. Para mí, es un honor que haya esta representación de la sociedad civil gijonesa, asturiana y nacional, porque vienen hasta de Madrid.
–Usted es productor cultural. ¿Tiene ganas de trabajar?
–Todavía tengo muchas ganas de hacer cosas. Hay mucho que contar, que poner en marcha. Aunque van pasando los años, ¡la imaginación al poder! Afortunadamente, me han respetado las enfermedades. He tenido suerte, aunque soy muy hipocondriaco.
–¿Cómo definiría el trabajo que realizó tanto tiempo en Estados Unidos?
–Fueron 44 años de pensamiento en las américas. El concepto de Hispanidad no se ha separado nunca de mí, es como un siamés. Y, si hubiera tenido que hipotecar el Mar Cantábrico por hacer teatro en Broadway, lo hubiera hecho.
–Ahora, con este homenaje se le reconoce en casa el trabajo que realizó fuera durante tantos años...
–La gente es muy cariñosa. Yo también tango un buen carácter y hay que dar gracias de que exista esta sensibilidad no sólo para mí, sino para toda aquella gente que piensa y que cree que está haciendo algo o que ha hecho algo hasta la fecha en favor de este país, de esta tierra que es Asturias, Gijón, España y también las Américas.
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