Irene Fernández, la guardia civil asesinada por ETA en 2000, ya tiene una calle en Huesca
El presidente de Aragón y el alcalde de Sallent piden no olvidar «quiénes fueron los héroes y quiénes los villanos» en un emotivo acto sin presencia institucional del Principado
A. A. M.
Miércoles, 20 de agosto 2025, 22:17
Sallent de Gállego, hermoso enclave del Pirineo aragonés, luce desde ayer una placa dedicada a Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, los dos guardias civiles asesinados por ETA hace 25 años al hacer estallar una bomba lapa en los bajos de su todoterreno. Ella tenía 32 años, había nacido en Quirós y se crió en Gijón. Él tenía 22 y era de Talavera de la Reina. Todos los agostos, desde entonces, han sido recordados con presencia incondicional de la madre de la agente asturiana, María Ángeles Perera. Ayer no fue la excepción. Era un día especial, una fecha redonda, que se conmemoró con misa, ofrenda floral y el descubrimiento de una placa donde rezan los nombres de los fallecidos, junto a sus rostros, dando nombre a una calle. Para que nadie los olvide jamás. Ni a ellos ni a ETA, con ese cobarde proceder con el que segó la vida de 861 seres humanos entre 1968 y 2010.
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Así lo recordó por la mañana, en redes sociales, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, con un mensaje en el que aseveró que «mantener viva la memoria de todas las víctimas del terrorismo es nuestro deber moral». Y así lo corroboró después el alcalde de Sallent, Jesús Gericó, tras el descubrimiento de la placa. «Es una obligación ética homenajear cada 20 de agosto a Irene y José Ángel, que fueron asesinados cuando rendían servicio a esta localidad, a este valle y a España», reseñó el regidor popular. «No se puede olvidar ni perdonar porque representaría un acto de injusticia. Estamos en un tiempo en que, por este Gobierno y su voluntad de permanecer a costa de todo, incluso de la integridad de España, se ha convertido a los héroes en villanos y a los villanos en héroes que exponen desde la tribuna del Congreso sus discursos de odio. Y esto es algo que la sociedad española no puede consentir porque se empobrecerá moralmente».
No dejó pasar Gericó la ocasión de agradecer la labor de la Guardia Civil así como la presencia, año tras año, de los familiares de los asesinados por ETA, con la madre de Irene escuchándole en primera fila. «Vienen a un pueblo al que la gente acude a disfrutar y ellos lloran a sus hijos, hermanos y amigos que murieron por un odio incomprensible, por un terror que no podemos ni debemos olvidar».
El Principado, ausente
Asistieron el consejero de Hacienda e Interior de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro; el subdelegado del Gobierno, Carlos Campo; el general jefe de zona de la Guardia Civil de Aragón, Francisco Javier Almiñana; y el teniente coronel jefe de la Comandancia de Huesca, José Enrique Cordobés. No hubo autoridades del Principado (Delegación del Gobierno precisó que no había recibido ninguna comunicación). La misa fue cooficiada por quien era párroco entonces, José Manuel Pérez, y su sustituto, Luis Remón. Tras la ofrenda floral, pidieron «edificar un planeta donde no vivamos atormentados por las guerras, torturados por el hambre y el terror o desgarrados y divididos por ideologías, razas o color. Danos acierto para ponernos manos a la obra con el fin de que podamos todos un día llamarnos hermanos», proclamó.
Aragón TV emitió anoche el documental 'Dos vidas. Atentado en Sallent', «un relato de memoria, dignidad y justicia para recordar quiénes fueron las víctimas y quiénes los asesinos», resaltó el presidente autonómico.
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