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MARÍA CIDÓN / L. FONSECA
GIJÓN.
Viernes, 11 de septiembre 2020, 01:17
Justo cuando se cumplen 14 años de la apertura de la unidad de radioterapia de Gijón, la que supuso la descentralización de los tratamientos oncológicos en la sanidad pública asturiana, el Hospital de Jove estrena nuevo equipo. Se trata de un acelerador lineal de última generación, valorado en 2,2 millones de euros y que permitirá tratar todo tipo de pacientes con cáncer. «La única excepción será la radiocirugía, que continuará en el HUCA» por tratarse de una técnica muy específica y altamente compleja, precisó el jefe de Radioterapia Oncológica del Hospital Univeritario Central de Asturias, Germán Juan.
El acelerador comenzó a tratar los primeros enfermos a finales de junio, una vez cumplimentado el proceso de calibración y de autorización del Consejo de Seguridad Nuclear. De momento, lo hace solo de mañana, pero se prevé que a mediados de mes «podamos prolongar los turnos y trabajar también en horario de tarde», indicó Germán Juan.
La máquina de radioterapia es de alta gama, a la altura del equipamiento de las mejores unidades oncológicas del país, y permitirá aplicar sesiones de intensidad modulada (cuenta con arco giratorio y TAC incorporado). Los enfermos recibirán «menos radiación, ya que permanecen menos tiempo, y será más precisa», reduciendo así los efectos colaterales que este tipo de tratamientos pueden provocar en los tejidos y órganos sanos próximos a la zona donde se localiza el tumor.
El acelerador comenzó a ser instalado en noviembre de 2019 y el proceso de puesta en marcha, calibración y homologación se demoró «más de lo deseado al coincidir con el confinamiento», indicó la gerente de Jove, Laura García. Con todo, destacó la importancia de disponer con este nuevo equipo, que sustituye al primer acelerador que comenzó a funcionar en Jove el 11 de septiembre de 2006.
«En Jove tenemos dos equipos y radiamos a más de 700 personas al año, aunque este año fueron menos por la covid. Con este acelerador podremos atender a más pacientes», indicó García.
Contar con un equipo de vanguardia como este nuevo acelerador y renovado, como ya se hizo hace unos años con el otro equipo del centro que data de 2007, es clave para garantizar la continuidad de los tratamientos para los pacientes oncológicos. «La radioterapia no se puede parar hasta que se termina, son más de 20 tratamientos de media por paciente, uno a continuación del otro. Si se estropea un acelerador pues tenemos la opción del HUCA, pero lo lógico es tratar al paciente aquí», subrayó la gerente de Jove.
Además de acercar los tratamientos de cáncer a los enfermos, la descentralización en Jove tiene otras ventajas. Los procesos para conseguir este nuevo equipamiento «son más ágiles que los que se siguen en los centros públicos. Nosotros no estamos sometidos a la Ley de Contratos, con lo cual la contratación es algo más flexible», explicó la gerente del hospital concertado, institución privada sin ánimo de lucro.
Lo cierto es que cada 11 de septiembre es una celebración para los artífices del movimiento ciudadano que consiguió la instalación del servicio de radioterapia en Jove. Su objetivo fue posible gracias a la lucha de los pacientes y de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) de Gijón, quienes se coordinaron durante 17 meses para conseguir traer esta prestación a la ciudad. El respaldo de la población también fue clave, pues se lograron reunir 71.600 firmar a favor de esta medida. Desde entonces, los pacientes del Área Sanitaria V acuden a radioterapia en esta unidad gestionada por el HUCA, centro de referencia para Gijón pero también para Avilés, Candás y hasta del Hospital de Oriente, detalló García.
«Si colocar este nuevo acelerador aquí llevó un año, igual en Oviedo se hubiera tardado cuatro. Yo no sé cómo desde la administración pública se pudieron negar a tener aquí el servicio de radioterapia. Aquí viene un cuarto de la población de Gijón», reflexionó Juventino Montes, expresidente de la FAV, desde la sala de radioterapia donde está el nuevo acelerador.
Una de las personas que padeció las deficiencias del sistema y fue parte de la lucha es Tina Alonso, de la vocalía de la Mujer de la FAV. Ella reconoce que todo comenzó con las mejoras del transporte para llevar a los pacientes oncológicos a Oviedo. «Pasamos de tener tres a cinco ambulancias y luego conseguimos que incluyeran un turno de noche extra», recordó.
Este avance, resalta, fue el resultado de muchos apoyos: «Teníamos a los medios de comunicación, la plataforma de pacientes y los vecinos a través de la FAV de nuestra parte. Lo logramos gracias a su apoyo».
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