Llegó la 'nevadona'
Mínimas de un grado sobre cero y un espesor de nieve de hasta 30 centímetros fueron los resultados de la ola de frío que azotó Gijón
Los copos de nieve habían empezado a caer el día anterior, pero raro era que en una ciudad con mar llegasen a cuajar. Lo hicieron. ... EL COMERCIO de hace 75 años da cuenta de la enorme nevada que generó la ola de frío previamente anunciada por los meteorólogos, y que se intensificaba por estar, además, acompañada de un fuerte viento del Nordeste. Así fue que Gijón se despertó nevada el 21 de febrero de 1948, y de una forma pocas veces vista antres (ni después). Tal día como hoy contamos que «en donde se sintió con mayor calibre la fuerte nevada fue en los alrededores de la ciudad, particularmente en La Guía, Ceares, Roces y Tremañes, en donde el espesor de la nieve alcanzó hasta 30 centímetros y aún bastante más en los sitios batidos por el Nordeste».
Se acumuló la nieve en parques y paseos, «motivo para distracción y regocijo de los estudiantes, celebrádose entre los de uno y otro sexo verdaderas batallas campales». Diversión para unos, ya lo ven, y parón para otros, porque en el puerto local y en El Musel los trabajos hubieron de quedar paralizados, «no pudiendo hacerse a la mar gran número de embarcaciones que ya despachadas de salida tuvieron que continuar atracadas en espera de que sean realizadas las operaciones de carga». A los buques pesqueros que habían salido a faenar antes de que el temporal se hiciera fuerte no les quedó otra que volver a tierra.
Ahí la cosa tampoco estaba mucho mejor: llegó con varias horas de retraso el expreso, los tranvías dejaron de circular en muchos lugares, manteniéndose solo el servicio de Somió a Cocheras y de El Musel a El Natahoyo... y, era grave la cosa, por peligrar, peligró hasta el fútbol. «Si la nieve continúa cayendo es casi posible que se suspenda el partido de Liga que se iba a celebrar esta tarde en el campo de El Molinón, ya que el terreno de juego está cubierto totalmente». No bajó nadie a atender los mercados; numerosos peatones sufrieron caídas en la vía pública y el tendido eléctrico dijo 'basta'. Quizás estuviéramos acostumbrados a tanto frío, pero, desde luego, no a semejante cantidad de nieve. 'Nevadona', sí. Y traicionera.
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