«Llueva o truene, Gijón va a tener Semana Santa»
El Santo Sepulcro trabaja en la inclusión de cofrades a través de su labor social en Cáritas
Ruido de tambores, traqueteo de máquinas de coser que ultiman capirotes y un montón de panfletos con el programa de la Semana Santa. En la sede de las cofradías gijonesas, situada en Maximino Marino Fernández, estos días no se para. Todo tiene que estar a punto para comenzar con las procesiones. Alejandro Vallaure, maestre de la Cofradía del Santo Sepulcro, confiesa que todos los días mira la predicción del tiempo. «No para de cambiar». Aunque confía en que los cielos den una tregua y puedan salir todos los días por las calles.
A Juan Antonio Rodríguez-Pládano, hermano mayor de la Santa Vera Cruz, no le preocupa. «Siempre hay un plan B». Si el mal tiempo se impone, harán un acto dentro de las iglesias y, en caso de que les pille en medio de la procesión, harán un recorrido más corto. «Si salimos o no, se decide quince minutos antes», indican. «Lo que importa es el transfondo que tiene la Semana Santa», recalca Rodríguez-Pládano. Y no hace falta irse a otras ciudades, defienden: «Aunque aquí la Semana Santa tenga otro estilo o naturaleza, cuenta con su propia identidad». Algo que los gijoneses «van descubriendo poco a poco».
Su cofradía, la Santa Vera Cruz, estrena este año el libro físico de reglas de la hermandad, que saldrá en todas las procesiones. En total son siete. Un número que le gustaría que aumentara. Su gran deseo: que se recupere el paso de la Coronación de Espinas, una procesión que tenía mucha tradición en Gijón. «Se cantaban hasta coplas». Por el momento, es tan solo una ilusión porque se necesitaría «el doble de cofrades» para llevarla a cabo. A pesar de ello, este año han ganado 15 nuevos y de todas las edades, desde una niña de 10 años hasta un hombre de 70.
Para obtener más capital humano y, a su vez, hacer una labor de integración, Vallaure ya trabaja en una idea. Su cofradía, muy vinculada a la labor social, participa activamente con Cáritas. «Hay mucho migrante latinoamericano con el que compartimos tanto el idioma como la tradición cristiana y, además, son cristianos activos». Por ello, quieren invitarles a participar en la cofradía. «Aunque comparten nuestra religión, en Sudamérica no se celebran procesiones, queremos que nos conozcan y se animen», señala.
Volviendo al presente, la Semana Santa de este año es «muy especial», no solo porque es su 30 aniversario desde su recuperación, sino también es la primera que hacen tras haber conseguido la Medalla de Plata de la Villa. «Es una gran responsabilidad», recalca Rodríguez-Pládano. Por eso, «llueva o truene, Gijón va a tener Semana Santa».
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