Miles de Vespas toman Gijón en el gran desfile de los Vespa World Days: «Batió todas las expectativas»

Se habían inscrito algo más de 3.000 personas, pero al final se sumaron muchas más. El gran desfile de Vespas de este sábado llenó Gijón de color, olor a gasolina y banderas de hasta 37 nacionalidades. Con un sol que aguantó toda la mañana y una tempeatura de 22 grados, que permitió a muchos olvidarse de llevar chaqueta, miles de moteros salieron a las 10.30 horas del paseo del Doctor Fleming, frente al Hotel Abba, para recorrer el paseo del Muro (ida y vuelta), subir a La Providencia y bajar por el Infanzón hasta la Laboral. Un recorrido que duró poco más de una hora y en el que pocas motos iban ocupadas por una sola persona. Algunas llevaban incluso perros y hasta se dejó ver un sidecar en el que un gran oso de peluche disfrutaba de un ameno paseo.

Había modelos de todos los colores y décadas, tanto recientes como auténticas joyas de coleccionista. Las miles de Vespas que inundaron la ciudad fueron la gran atracción del día para los cientos de curiosos que se las encontraron a su paso. En el Muro, ya concurrido a esa hora, locales y turistas se agolpaban a ambos lados del paseo para hacer fotos y vídeos de la comitiva y, no menos importante, animar a los participantes. La alegría y la emoción de vivir tan singular evento se contagiaba de unos a otros: los pilotos y sus pasajeros pitaban y saludaban con entusiasmo y el público recogía el testigo haciendo lo propio con una sonrisa de oreja a oreja.

A las 11.37 llegaron a la Laboral y el abanico de colores de las Vespas conquistó el patio del edificio. La inmensa mayoría de aficionados entraron con su moto para disfrutar de una agradable sesión vermú y un refresco al sol. Aunque lo que más hicieron fue intercambiarse parches y pegatinas, uno de sus bienes más preciados. «Esto no se va a repetir, es incalculable la satisfacción que experimentamos», reconoció Chuso Soria, de El Natahoyo, aún con el regocijo de haber vivido una experiencia sin igual. «Batió todas nuestras expectativas: muchas motos, cada una de un año, gente de todos los países y muchos modelos, algunos muy cuidados y customizados. Hay Vespas para todo tipo de gustos», destacó. Y con un tiempo que en Asturias «es un regalo».

Pero, para él, lo más emocionante fue deleitarse con tantas y tantas motos. «Te ilusionas viendo una Vespa con sidecar, de un año, de otro... Empiezas a pensar 'esta era de la época de mi abuela, esta de la de mis padres', y tiene su encanto. Es un tema sentimental y, aunque te compres una Vespa nueva, va surgiendo ese gusanillo de que es una forma diferente de montar en moto», valoró.

Para Óscar Bárcena, de Burgos, lo mejor es el ambiente: «Hay mucha gente y muy maja. ¡Somos una familia!», resaltó. Era su primera vez en un encuentro de esto tipo, pero lo que vivió le sirvió para asegurar que «ha sido espectacular». La única pega, que «pensaba que íbamos a ver Gijón y la ruta no ha parado en ningún mirador», pero se queda con que «estar juntos es una gran experiencia y conoces a mucha gente».

La organización de los Vespa World Days ha decidido finalizar el evento con una jornada de puertas abiertas. El domingo, todas las personas interesadas podrán acceder al recinto ferial para disfrutar de la ceremonia de clausura, que tendrá lugar a las 11.30 horas. El evento terminará a las 17 horas.

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