Una mirada a la guerra civil
Luciano Castañón publicó 'Los huidos', que narraba episodios sobre la lucha, el exilio y la resistencia. Ganó un premio en Portugalete
No había muerto aún Franco cuando Luciano Castañón, 'Chano' para los amigos, quiso volver la mirada a los episodios más incómodos de la guerra civil... ... y EL COMERCIO lo contó. 'Los huidos' se dividía en tres partes: «'La broma', momentos antes de julio de 1936, 'La derrota', que se refiere a la caída del ejército republicano en Asturias, y 'La huida' (...), que no trata de los exiliados fuera de España, sino de aquellos hombres que se fueron a los montes». Así nos contaba Castañón la estructuración de su obra, para la que había empleado una «técnica clásica», la del narrador omnisciente. «Se limita a exponer una realidad histórica de la guerra civil española. No hay por mi parte ninguna propensión a manifestar ningún tipo de ideas políticas», se excusó.
Ni siquiera eso había sido óbice para que 'La huída' hubiera tenido muchas dificultades para publicarse. Escrita desde hacía años, la concesión del premio 'Puente colgante', del ayuntamiento de Portugalete y en la que la publicación iba acompañada de 250.000 pesetas, fue la única forma que obtuvo de editarse. Esa desventura acompañaba la vida de Luciano Castañón, quien nos reconocía que lo que deseaba era seguir haciendo novelas, pero que como no encontraba editor para ellas «tengo que derivar hacia la afición asturianista. Si mis novelas tuviesen una salida, yo me dedicaría casi exclusivamente a ellas».
«Te pone contento»
Aquí, en Asturias, había cierto 'boom' literario, reconocía Castañón, «pero sus escritores no viven aquí, en la provincia. Ahí están los nombres de Dolores Medio, Alejandro Núñez Alonso... Quizás los haya [nuevos autores], pero no son conocidos por esas dificultades de difusión de la obra». Unas dificultades que habían llevado a 'Chano' a pasar una importante crisis personal que, solo ahora, reconocía por fin haber superado. «Sigo haciendo cosas a pesar de que la gente no te lo agradece, y ni siquiera te lo publican. El premio este te pone contento, pero casi es como el pago de una labor de tantos años. Claro que al escritor no se le puede pagar la materialidad del tiempo», sino solo sus vivencias. Que ya es.
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