Muere a los 76 años Santiago Marqués, el filósofo «cercano»

Alto, elegante, con su clásico bigote y, sobre todo, «una excelente persona, noble y cercano». Así recordaban compañeros y alumnos a Santiago Marqués Montes, quien fuera durante años director del Instituto El Piles durante años y que falleció el pasado miércoles, a los 76 años de edad.

Natural del pequeño pueblo de Arborbuena, en la pedanía de Cacabelos (Bierzo), Santiago Marqués desarrolló su labor como docente en Gijón, durante años. En el instituto El Piles, el centro en el que se jubiló hace una década, fue director a la par que profesor de Filosofía, una materia que le apasionaba.

«Se alejaba completamente del tópico de filósofo; era cercano con compañeros y con alumnos», recordaba ayer Juan Jesús Alonso, profesor de Filosofía en el instituto Doña Jimena y actual jefe del estudios de este centro. «Coincidimos como compañeros en El Piles, en mi primer año como docente; él estaba al frente del instituto y siempre muy implicado en todo tipo de actividades y en el propio discurrir del instituto. Aceptaba las propuestas que le planteábamos, nos daba carta blanca», añade Alonso, que asegura que «sus alumnos le adoraban y recibía a cada profesor que llegaba nuevo con una cercanía y un cariño encomiables».

La búsqueda del diálogo y la ecuanimidad «siempre» es algo que quiere destacar Fernando Menéndez, profesor de Filosofía ya jubilado, que coincidió con Marqués en sus años de docencia y al que le unía una gran amistad. «Teníamos una tertulia todos los martes ocho compañeros y comíamos todos los meses».

Solo algunas complicaciones de salud alejaron a Marqués de estos encuentros en los que disfrutaba enormemente.

«Santiago era una persona muy dialogante y así fue siempre, incluso en los tiempos conflictivos que le tocaron». Menéndez incide en su «carácter sencillo y entrañable, a la par que noble, algo casi en desuso».

Begoña Domínguez recuerda ya vagamente sus años estudiantiles en El Piles. Hace ya casi tres décadas que vive fuera de España pero ayer, al enterarse de la noticia, recordó a «un director cercano, muy majo, que trataba con amabilidad a los alumnos y al que todos se referían a él como una persona «con buenos sentimientos y una actitud siempre elegante y cercana».

Difícil poner palabras para calificarlo, dice su hija menor, María Elena. «Era cariñoso, familiar y muy sensible aunque diera otra impresión. Para mí era un apoyo vital y ahora siento que me falta un pilar esencial en mi vida».

Santiago Marqués estaba casado con Maite Medina y tenía dos hijas, Maite y María Elena, y dos nietas, Maya y Julia, por las que sentía «verdadera devoción».

Esta tarde, a las cinco, se celebrará el acto de la palabra en la capilla del Tanatorio Jardín El Lauredal.