Fallece un hombre de 52 años en la playa de San Lorenzo
Surfistas sacaron a la arena a Antony S., de 52 años y nacionalidad polaca, que era hamaquero en el arenal y trabajaba como voluntario para la Cocina Económica
Mañana trágica en la playa de San Lorenzo. Alrededor de las 11.30 horas se localizó el cuerpo sin vida de uno de los hamaqueros habituales del arenal gijonés flotando en el agua a la altura de la escalera 10. Junto a las boyas. Se trataba de Antony S., de 52 años y nacionalidad polaca que llevaba varias temporadas trabajando como voluntario para la Cocina Económica.
Fueron unos surfistas quienes lo vieron sumergido y lo sacaron a la arena. El equipo de Salvamento de Gijón y personal sanitario de asistencia médica le aplicaron maniobras de reanimación durante 25 minutos, pero finalmente solo pudieron confirmar el fallecimiento. Los primeros indicios, a falta de la autopsia, apuntan a un fallo coronario del hombre.
Juan Varas, trabajador de la Cocina Económica desde hace más de 25 años y responsable del puesto de hamacas en el que ayudaba Antony «desde hace cuatro temporadas», era este jueves la viva imagen de la desolación. Las alarmas saltaron para él, explica, cuando le avisaron en torno a las 9.30 horas de que el puesto de alquiler de hamacas aún no había abierto. Varas está convencido de que su compañero, al que califica de «una persona excepcional y muy amable», fue a darse un baño antes de iniciar su jornada de trabajo y sufrió algún tipo de indisposición nadando.
El hamaquero fallecido había vivido en la indigencia años atrás, pero había logrado salir adelante con la ayuda del personal de la Cocina Económica y actualmente estaba totalmente rehabilitado y con residencia donde vivir.
Luis Torres, presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad, destaca que Antony «estaba muy agradecido y responsabilizado por la asistencia que había recibido para dejar atrás sus problemas personales. Por eso venía por aquí de vez en cuando y se ofrecía a echar una mano», indica Torres.
Sin ramo de laurel
Manuel Díaz, encargado del alquiler de las emblemáticas casetas, también conocía y trataba con asiduidad con el fallecido. «Le veía por ahí vendiendo el alquiler de las hamacas, a veces le dábamos algo de comer o un trago. Él nunca lo rechazaba. Era polaco, pero hablaba bien español», señala.
Con este deceso el equipo de Salvamento de Gijón no podrá colgar el laurel en el mástil de la escalera 12, que simboliza un verano sin muertes en las playas del concejo, al finalizar la temporada de baños el próximo 30 de septiembre. Durante toda la pandemia los socorristas gijoneses que coordina Flor Palacio no han podido colocar el ramo frente a su caseta, ya que tanto en 2021 como en 2020 hubo víctimas en los arenales locales.
